Santander y su relación con el estudio del medio marino

29 Agosto, 2014

El conocimiento de la naturaleza de la bahía de Santander parte de las primeras sociedades ribereñas. Los concheros de los yacimientos arqueológicos, desde el paleolítico a la época romana, atestiguan sobre la fauna explotada.

Las Ordenanzas de la Cofradía de San Martín de la Mar de la Villa de Santander (1606), constituyen un código popular de gran valor, que permiten conocer la abundancia de los recursos vivos, las artes de pesca y la organización del gremio.

Mariano de la Paz Graells, eminente zoólogo de la época isabelina, realiza en 1869 con mentalidad científica la que posiblemente sea la primera campaña de investigación en el norte con datos de Santander. Aunque la asociación más relevante de Graells en este caso se encuentra en su escuela de naturalistas, pues uno de sus miembros, Augusto González Linares (1845-1905), será el promotor de la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales (1886). A partir de este momento Santander adquiere un papel fundamental e internacional en el estudio y divulgación de las ciencias marinas.

La Estación, primer centro científico permanente en España para el estudio de la mar, se ubicó en Santander, como espejo de la Estación Zoológica de Nápoles, fiel a la doctrina de la Institución de Libre Enseñanza, las ideas de Graells y a la perseverancia de González Linares. Tuvo un devenir complicado, incluso después de ser asimilada por el Instituto Español de Oceanografía (1914), desde un chalet, un piso de la calle Castelar a un sencillo edifico en la Dársena de Molnedo en 1907 que perduró hasta 1980. Más de la mitad de esta sede fue destinada a museo y el resto a laboratorios.

Las actividades de la Estación se plasmaron en la preparación de colecciones de fauna marina, enviadas a universidades, museos, institutos y colegios, en la publicación de estudios científicos y en la formación de investigadores, convertidos en eminentes científicos.

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Recreación de la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales a principios del siglo XX. (Foto: Museo Marítimo del Cantábrico, Colección IEO)

La popular “Biología”, como fué conocída en su época, se convirtió además en espacio de divulgación. Aún son muchas las personas que la recuerdan, junto al esqueleto del rorcual y la sardina de dos cabezas.

Desde 1910 se propusieron hasta cinco proyectos para albergar unas instalaciones científicas y divulgativas modernas, pero ninguno de ellos llegó a buen puerto. Finalmente en 1972 con el convenio propiciado por Rafael González Echegaray, entre la Diputación Provincial de Santander y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) se construyen dos edificios, uno para el laboratorio de oceanografía de Santander dependiente del IEO y otro para un museo a cargo de la Diputación Provincial.

El Centro Oceanográfico de Santander, heredero de la vocación investigadora de la Estación, está especialmente relacionado con el conocimiento científico de los mares y océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio marino. Siendo referencia de la investigación oceanográfica.

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Patio central del Museo Marítimo del Cantábrico. (Foto Museo Marítimo del Cantábrico)

Por su parte la misión del Museo Marítimo del Cantábrico se encamina a la salvaguarda y transmisión del patrimonio cultural marítimo, basada en la documentación, investigación, conservación y difusión. Su propuesta museográfica refleja su singularidad, aunando en un mismo proyecto fondos de gran diversidad, constituyentes de un patrimonio natural y cultural. Junto a su actividad investigadora y de formación.

A ellas se suma la Universidad de Cantabria y el Instituto de Hidráulica Ambiental “IH Cantabria”, encuadrado en el área del conocimiento científico-tecnológico del ciclo del agua y el medio marino. Desarrolla una labor investigadora, de transferencia tecnológica y de formación de especialistas, en la élite nacional e internacional.

Desde finales del siglo XIX  los investigadores han estudiado la Bahía, su geomorfología, hidrodinámica, flora y fauna, cuyos trabajos científicos y tesis doctorales conforman una bibliografía de calidad.

El puerto de Santander ha sido base de embarcaciones científicas, como el Argonauta a remo y vela utilizada por la Estación, el histórico González Linares o el José Rioja ya de fibra, ambos del IEO. Pero también testigo de la presencia de buques oceanográficos, en recaladas de campañas científicas, siendo el Cornide de Saavedra el más emblemático por su prevalencia, sustituido pot la actual flota del IEO, como tampoco el Thalassa del Institut Français de Recherche Pour l’Exploitation de la Mer o por su singularidad el Polastern (Instituto Alfred Wegener) que trabaja en mares antárticos.


Head image: Vista del Museo Marítimo del Cantábrico. (Foto: Román R. Luna)


Article reference for citation:
García-Castrillo Riesgo Gerardo, “Santander y su relación con el estudio del medio marino”, PORTUS: the online magazine of RETE, n.28, October 2014, Year XIV, Venice, RETE Publisher, ISSN 2282-5789 URL: https://portusonline.org/santander-y-su-relacion-con-el-estudio-del-medio-marino/

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