La expresión oral y corporal del costeño de Cartagena de Indias

11 Dicembre, 2016

Haber nacido en Cartagena de Indias, es un privilegio. A mi “corralito de piedra” le llaman “Ciudad mágica”, “La Heroica”, “La Fantástica” y otros apelativos que la engalanan como un destino turístico excelso… Cuando me amurallo en su vida cotidiana, su encanto lo veo normal, pero adquiere otra dimensión desde la ausencia…

La índole alegre de su gente y la actitud de bacanería para la vida, le dan un tumbao para comunicarse. Un cartagenero es dicharachero (habla con dichos), y sin pelos en la lengua llama al pan, pan y al vino, vino. Parece que estuviera peleando, cuando se enfrasca en una polémica, durante las tertulias, coloquios y reuniones esquineras.

Algunos dichos y expresiones idiomáticas castizas de nuestro lenguaje, aún algunos la usan como escantá, que afirma lo que el interlocutor está diciendo. Usa la ironía, como cura de burro; el sarcasmo o puya; el regaño, la cantaleta; vacila y mama gallo. Es carretillero (exagerado), emotivo, fogoso, aguajero; le gusta chancear, burlarse, poner apodos y hablar gritao.

Echamos un cuento y chachareamos usando morisquetas y onomatopeyas como telón de fondo del relato: ran ran, zas, tás, prum, chin chan, cataplán, chaplundún… a los foráneos, les gusta la sabrosura de nuestro cantaíto al hablar.

En una esquina, un grupo de varones improvisan piropos…

—Mami, si como caminas, cocinas… yo me como hasta el pegao

—Yo contigo me caso, aunque me tortures…

—Flaca, tírame un hueso…

Una cartagenera entrometida te dice:

—Ay, niña ¿y tú por qué te cortaste ese pelo?… o…

—Anda, con ese pelo largo pareces virgen de pueblo…

En un velorio, abundan los chistes. Referir historias para perpetuar las tradiciones populares, se llama Radio Bemba. “Echar un cuento”, cotillear o contar un run-run, mientras te jondeas (balanceas) en una mariapalito (mecedora) a la sombra de un palo de mango, es un placer sin igual

“Lo que interesa no es contar qué pasó, sino entender lo que ha pasado, a partir del tiempo (periodización) y en un espacio definido (el territorio), a través de los cambios” —dice Fals Borda—

Cartagenero, alguna vez te echaste tu canita al aire cachaqueando, le has dicho muchas veces a tu novia: “la puntica no más o “te comiste la cosita antes del recreo”… Quizás has estado pelao (sin plata) o más mondao que una pepa de guama. Y si tenías el bojote (billetes) te fuiste a desenguayabar (sacar la resaca) a la Boquilla con un sancocho e´pescao. Cartagenera morena… te bronceaste como “carne salá” en la playa, te echaron el cuento (enamoraron), te pillaste (citaste) con el machucante (novio) enfrente al Reloj Público y te diste una buena bateada, entrompada o trillada (besos) en cine.

En Cartagena, la alegría se vende en las calles… Si, así como te lo digo y además se come:

Alegría…

Alegría con coco y anís…

Casera cómpreme a mí

que vengo del barrio Getsemaní…

Las que cantan estos pregones son las “palenqueras” —sucesoras de la estirpe africana— que deambulan vendiendo Alegría, una deliciosa golosina, elaborada con millo, panela, coco y anís.

Debajo de un palo de caucho, en una olla tablúa (grande) se improvisa un “sancocho Trifásico (res, pollo, cerdo y vituallas)”, se pone el picó (parlantes inmensos) con música a todo volumen. A veces no hay billullo para el vento (comida), pero siempre hay pa’ las frías (cervezas), o el Tres Esquinas —tri-corner.

En la tienda hay un letrero: Hoy No Fío, Mañana Sí.

—Oye cachaco, fíame la panchita (ron)… eres más duro que sancocho ´e tuercas

—Pero me la pagan…

¡Va pa’ esa!… oye, ¿y la ñapa?

— ¿Qué?… vas pa’l cielo y vas llorando

—¡Uf, Pacho!

Por último, cartagenero que se respete, habla gop-peao, amputa las palabras, no pronuncia las eses finales. Cuando el bateador mete un jonrón en el estadio grita: ñerda… Te dice Ven acá pidiendo atención para lo que va a decir, no para que vayas. Usa en su léxico: eche, nojoda, cipote, juepajé, iraaa, ajá, ¡que vaina!... algunos aún dicen “ajá mi valeo parcero”

Y otra cosa, es la expresión corporal, cuando se comunica gestualmente sin decir ni una palabra… pero eso es otro cuento

Cuando me alejo de Cartagena, echo de menos la calidez y los matices exóticos con los que el cartagenero nato se mueve y expresa…

En el corralito, la vida discurre sin prisas, en el sortilegio atávico que quedó impregnado en las piedras de coral que amurallaron su historia, y así vamos transmutando nuestras penas danzando al son de tambores y anestesiándonos con alcohol… El goce se percibe en la interacción constante. Hay oportunidad de compartir con los amigos y la familia, porque el tiempo transcurre lentamente… Por lo tanto, se generan afectos, simpatías y al mismo tiempo proliferan los chismes, que van y vienen. En pueblo pequeño, infierno grande…

Cuando tomamos la palabra, improvisamos un performance amenizado con un añadido acústico, donde tercian jadeos profundos, chasquidos de lengua, gestos explícitos con el rostro, las manos y el cuerpo, que le aportan gracia al relato en esa comunicación gestual. Ese realismo mágico existe en nuestra naturaleza caribe, desde antes de que Gabo engalanara la corronchería con un Nobel.

Sin embargo, a veces el cartagenero no habla, sino que usa expresiones corporales muy jocosas, y manifiesta con miradas efusivas y ademanes, el agrado o desagrado que siente. En el verano eterno que dura todo el año, el cuerpo de los nativos, usa solo los chiros indispensables para circular en la canícula Caribe, lo que le permite aflorar su sensualidad innata… es parte de su esencia jovial y jacarandosa. Dicen que la mujer costeña no camina, sino que desfila…

Como casi siempre está “a pleno sol”, un cartagenero suele tener el ceño fruncido, o lo hace cuando no cree el cuento que le “están echando” o algo le molesta. Ppsssssttt... (sonido hecho con la boca) es una forma de llamar a alguien que pasa; también lo usan los hombres más lanzados con una mujer que le atrae cuando pasa cerca suyo. Si llega a dar vuelta, le pican el ojo” (le hacen un guiño).

Al contrario, muestra antipatía, cuando tuerce los ojos, con “mirada matadora”: cierra los ojos, tuerce la cabeza, girando con brusquedad. Otra muestra de desagrado es el Foooooooo… cuando algo huele mal arruga la nariz haciendo una mueca de desagrado. Pasar el dedo por debajo de la nariz en forma horizontal significa: no te voy a dar es nada. Y el bembeo es cuando usa la boca para señalar algo, haciendo un mohín con los labios.

¡Y vaya que funciona…! nos entendemos perfectamente.

Para invitarte a comer un cartagenero se pone la mano enfrente de su boca y agita los dedos. Cuando empuña la mano y el pulgar apunta hacia adentro, te está invitando a beber, aunque seas tú quien pague la cuenta… Si ves que pasa la mano por el cuello de un lado a otro, quiere decir que estamos “fritos”, zafados” (que tu pareja te puso cachos) quecolgamos los guayos”, o que tiramos la toalla” con algo. O para indicar que estamosmondaos (sin plata).

 

Apunta con el dedo para regañar y para advertirle a alguien con quien discute. Estira la mano mostrándole la palma a la persona con la cual está discutiendo, cuando quiere decir que va a vengarse.

Amarra a San Pedro cruzando los dedos en el frente o en la espalda, para evitar que ocurra algo malo o para contrarrestar un mal presagio. Hace la clásicapistola”, cuando quiere decirle a alguien que no cree lo que dice, y lo acompaña con un Veeeeeeeeee, o golpea la mano sobre la otra (plaf). Mueve la mano como si estuviera planchando, cuando quiere decir que hizo el amor.

En fin, hay muchas expresiones con los brazos, con los pies, con las manos en la cintura, jurando con los dedos en forma de cruz o sacando la lengua… muchísimas formas de comunicase sin palabras, aunque éstas eran su fuerte…

Ahora, cuando baila es cuando despliega toda una creatividad y maestría con su cuerpo guapachoso sobre la pista de baile. Disfruta la música, que va tarareando mientras se desplaza “tirando pasos” y brillando baldosa con deleite… tiene el ritmo incorporado desde que nace y aprende a bailar antes que caminar.

Mantener nuestra alegría e identidad nos hace genuinos e irrepetibles. Somos pachangueros en vez de violentos; un cartagenero legítimo pocas veces pelea a los puños, se va en pura jeta” (boca), es decir, grita y manotea airado pero rara vez se va a las manos.

Toda esta expresión guapachosa en su modo de interactuar es lo que me hace falta cuando me alejo de mi terruño, de mi Carta-mía…


Head image: Caricatura sobre la identidad Costeña de Javier Covo Torres, caricaturista nacido en Cartagena, Colombia.

Article reference for citation:
Menassa Judith, “La expresión oral y corporal del costeño de Cartagena de Indias” PORTUS: the online magazine of RETE, n.32, December 2016, Year XVI, Venice, RETE Publisher, ISSN 2282-5789, URL: https://portusonline.org/es/la-expresion-oral-y-corporal-del-costeno-de-cartagena-de-indias/

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