En diciembre de 1989, hace ya casi 30 años, la entonces Compañía Astilleros Españoles iniciaba un proyecto que, sin lugar a dudas, en esos años pasaba, cuanto menos, por insólito. Se trataba de ordenar, cuantificar y valorar el patrimonio acumulado durante más de cien años por el clausurado astillero de Matagorda, y que en aquellas fechas permanecía depositado en las obsoletas y abandonadas instalaciones de la vieja Factoría.
El astillero de Matagorda y su Patrimonio
Sin embargo, a pesar del lamentable estado que presentaban algunos de los elementos guardados en el recinto de Matagorda, lo cierto es que se había conservado material suficiente como para mostrar la historia de nuestra industria naval y configurar uno de los mejores archivos empresariales del país.
Vista parcial de la antigua factoría de Matagorda antes de su rehabilitación, 1990.
A los primeros materiales descubiertos, tras quince años encerrados en sus depósitos, se fueron añadiendo todo tipo de elementos patrimoniales que operarios y técnicos habían guardado en talleres, taquillas y cajones, unos elementos que iban desde viejas fotografías hasta magnificas herramientas manuales de todos los posibles oficios que se encuadran en la oferta profesional de un astillero.
Expedientes económicos o de personal, proyectos de buques emblemáticos o de obras alternativas a los barcos, herramientas de remachadores, calafates o ebanistas, películas de cine y placas fotográficas de cristal con más de cien años de antigüedad, libros técnicos del siglo XIX y cuadros de los dirigentes de las viejas compañías propietarias de la Factoría, maquetas y modelos de los buques construidos en los astilleros, instrumentos de cálculo y precisión, maquinaria de gran porte y talleres completos soportados por magnificas estructuras metálicas, rellenaban a ritmo de vértigo las líneas apretadas de los diferentes inventarios que se elaboraron en los primeros años de trabajo.
Almacenes de Museo “El Dique”, Fondo de herramientas. Detalle.
Hoy, el museo “El Dique” ya no es un proyecto, sino una magnifica realidad instalada para siempre en el solar que en su momento ocupó el primer astillero moderno de nuestro país, y dispuesto a servir con el mismo entusiasmo con el que fue creado a cuantos investigadores, estudiosos y visitantes en general se sientan atraídos por el apasionante mundo de la industria naval.
El recinto histórico
Situado en el sector occidental del actual recinto del Astillero de Puerto Real, y ocupando una parcela de 80.000 m2, el conjunto histórico “El Dique” se configura como un espacio donde conviven de forma armónica diferentes paisajes heredados todos ellos del importante auge que tomó la zona a fines del pasado siglo y principios de éste.
Dentro del recinto se pueden distinguir cuatro grandes áreas: La zona de dique, antedique y muelles es un espacio de aproximadamente 18.000 m2, ocupado por el dique de carenas de la empresa de A. López y Cía., los antediques o andenes que lo rodean y dos muelles de reparaciones.
El dique de carenas es obra de los ingenieros ingleses Bell y Miller, y a las dimensiones citadas añadiremos las medidas tomadas en el “plan”: 150 metros de eslora por 15,50 metros de manga y una altura de entre 8 y 3,77 metros según se mida en pleamar o bajamar. La cámara de bombas se ubica en el lado de babor del dique. Se trata de un edificio construido en 1878 para alojar los equipos de achique del carenero. Actualmente, el edificio sirve de sede al museo del Astillero. Más adelante nos detendremos en explicar su distribución y contenidos. Toda esta área se completa con dos muelles de reparaciones de 150 metros que disponen de todos los elementos de maniobra para el atraque y reparación de los buques, y entre los que destacaremos una grúa marca Zorroza de 1942, en el muelle número 1, y otra del tipo Cigüeña de 1920 el muelle número 2.
La zona de talleres, situada en el sector norte, está configurada por un grupo de edificios, resultado de las sucesivas ampliaciones del taller de maquinaria, y otros tinglados para el servicio del dique de Matagorda. Construidos en su mayor parte a fines del siglo XIX, ocupan una superficie cubierta de aproximadamente 6.000 m2, y están ejecutados a base de estructuras metálicas que realizó la Compañía Terrestre y Marítima de Barcelona. Sus cerramientos de ladrillo y madera, y sus fachadas acristaladas pueden disfrutarse todavía hoy, gracias a la obra de restauración realizada a principios de esta década.
La Zona de la Capilla es un área compuesta por una serie de edificaciones heredadas en su mayor parte del siglo pasado. El monumento al Marqués de Comillas, el antiguo edificio de dirección, los comedores y el actual almacén del museo completan, junto a áreas ajardinadas y espacios dedicados a aparcamientos, los aproximadamente 7.000 m2 de superficie que ocupa este lugar. El monumento memorial al marqués de Comillas está formado por un grupo de tres edificios una estatua y un jardín, siendo de todos ellos la pequeña capilla, de estilo neorrománico, la más llamativa y extraña de estas construcciones. Diseñada en planta de cruz griega, ocupa una superficie de 119 m2, y está realizada con piedra blanca de Monóvar. Su cubierta, resuelta con una bóveda encamonada, nos recuerda más el estilo bizantino que el neorrománico, tantas veces reivindicado por su arquitecto.
Memorial de Antonio López, fundador del astillero.
La escuela de aprendices, el botiquín, los jardines que rodean el monumento, diseñado al estilo inglés, y la estatua del primer Marqués de Comillas, a tamaño natural, efectuada en bronce sobre un pedestal de 2 metros de altura, rematan este llamativo conjunto de edificios.
Otro grupo de edificaciones que ocupan el mismo sector que los de la capilla son el antiguo edificio de Dirección fue construido entre 1877 y 1878, el comedor de ingenieros edificado diez años más tarde, el antiguo comedor para empleados y operarios, hoy expositor de cabinas modulares construido en 1945 y, por último, una torre mirador de reciente construcción y desde la que se observan unas magnificas vistas de todo el conjunto histórico.
El área del castillo, es un espacio que estuvo ocupado por el antiguo castillo de Matagorda, fortificación de la que solo queda constancia en los textos. En la actualidad, y tras una leve intervención de superficie, previo sondeo arqueológico, el área está dedicada a zona de descanso.
El museo
Cuatro años después de iniciarse el proyecto de recuperación del dique de Matagorda y su entorno, la empresa adjudicataria entregaba, restaurado, el viejo edificio de la cámara de bombas, una instalación emblemática del astillero que pasaba a convertirse en símbolo de toda la intervención de recuperación de la Factoría. En efecto, el nuevo edificio que iba a albergar el museo “El Dique” se convertía en el eslabón de unión de dos proyectos que empezaron a ser ejecutado por separado y terminaron fusionados en la construcción más antigua del astillero.
El Museo, ubicado, como ya se ha dicho, en el antiguo edificio de la cámara de bombas del Dique de Matagorda, es un complejo espacio de varios niveles cuya habilitación combinó el respeto a la traza del antiguo edificio (cámara de bombas, antigua sala de calderas y muros de la primera planta) con la erección de nuevos cuerpos que, añadidos a las zonas rehabilitadas, dotaban al edificio de suficiente espacio, tanto para la exposición de piezas recuperadas como para la incorporación de los servicios auxiliares de biblioteca y sala de consultas.
Museo “El Dique”, fachada principal.
El planteamiento de sus contenidos se ha realizado sobre la base de dos premisas fundamentales: primero, centrar su hilo argumental en la evolución del astillero (y consecuentemente en la evolución de su producto -el barco- y de las técnicas constructivas) y segundo, hacer ese discurso inteligible para todos.
La visita al museo comienza en la Sala I, situada en la planta baja del cuerpo anexo destinado a biblioteca. Dado su carácter de sala inicial, sus contenidos pretenden centrarnos de una forma progresiva en el entorno concreto del astillero. Así, la primera fachada de paneles nos aclara los orígenes preindustriales de la zona, para introducirnos inmediatamente después en la etapa inicial de la empresa, tanto de sus instalaciones, el dique, como de su producción industrial, las reparaciones navales.
Situada en el piso alto de la antigua cámara de calderas, la Sala II centra su objetivo en la descripción de los procesos de diseño y trazado de un barco. Una colección de semimodelos para trazado y diferentes herramientas de este gremio casi desaparecido, son las piezas más llamativas de la sala.
La Sala III, situada en la primitiva cámara de calderas, describe de forma lineal el proceso de construcción de un barco de acero. Está dividida en tres áreas que pretenden explicar las distintas tareas que realizaban los operarios del astillero durante la etapa constructiva: trabajo en talleres, trabajo en grada y trabajo en la dársena, destacándose especialmente aquellas faenas y gremios que hoy forman parte de nuestro pasado industrial (forja y fundición, remachado, calafates, herreros de ribera…).
Museo “El Dique”, sala III.
La Cámara de Bombas es paso obligado hacia la Sala IV y se ha incorporado al recorrido por entenderse que éste quedaría incompleto si no mostrase una instalación industrial a “escala” real. Rehabilitada en 1990, consta de tres bombas principales para el achique del dique y dos para el achique de sentina. Los equipos aún están operativos.
La cuarta y última sala muestra la forma de construcción moderna de un buque, haciendo especial hincapié en el gran cambio que supuso el nuevo concepto de construcción por “módulos”. Un repaso a los últimos 40 años de la construcción naval en España y un vistazo a la actual estructura de la compañía pública Navantia cierran el recorrido de la sala y el Museo.
Las colecciones del Museo El Dique
Dividida en cuatro grandes áreas: Patrimonio Inmueble, Fondo de Piezas, Archivo y, Fondo Bibliográfico, las diferentes colecciones del museo el dique agrupan toda la herencia recibida de los 140 años de vida de los astilleros de Puerto Real y de algunos otros que en tiempos pasados formaron parte de los mismos grupos empresariales.
El Patrimonio inmueble del museo El Dique lo configura el área histórica de Matagorda, un espacio de 80.000 metros cuadrados de superficie, declarado Bien de Interés Cultural desde el año 2000 y que ya se ha descrito en otro apartado de este articulo.
El Fondo de piezas está constituido, a fecha de hoy, por un total de 3428 elementos, en su mayoría herramientas, que recorren todo el espectro gremial que orbitaba en torno a la construcción naval. El conjunto de herramientas y máquinas se distribuye en tres grandes espacios: un almacén cubierto donde se clasifican por profesiones las piezas no expuestas en las salas del Museo; un almacén a la intemperie que agrupa un centenar largo de grandes máquinas que en su momento formaron parte de la actividad productiva del astillero y que hoy, convenientemente tratadas, se han situado en el área Este de nuestro almacén principal; y las piezas expuestas al público tanto en las diferentes salas del museo como en algunas zonas concretas del recinto exterior del “Dique” (Parque de anclas, aparcamientos de la zona histórica, jardines de estribor del dique de carenas y muelles n. 1 y n. 2 de Matagorda).
El Archivo del Museo El Dique cuenta con dos grandes secciones de información, derivadas del tipo de soporte en que se presentaban los documentos conservados: la que agrupa a los documentos elaborados sobre soporte papel, y la que concentraba a los documentos en imagen, ya fuese fija o móvil.
En la primera se organizan por tanto todos los documentos elaborados sobre papel, independientemente de su formato, es la parte donde se concentra toda la información elaborada en origen por las oficinas del astillero por lo que la documentación presenta formatos muy desiguales: planos, expedientes, fichas, libros, cartones, etc. En esta primera sección se agrupan ocho grandes series documentales. La sección segunda agrupa, como se ha indicado, los documentos en imagen que, en nuestro caso, también presenta una gran variedad de formatos, dependiendo de la fase del proceso fotográfico en que haya sido elaborado el documento. Así, desde placas de vidrio en negativos a copias fotográficas en positivo pasando por soportes cinematográficos, magnéticos o digitales completan la nómina de formatos que acumulan estos fondos. Esta segunda sección se compone de 11 series.
Archivos Museo “El Dique”. Detalle.
En total entre ambas secciones el archivo del museo acumula casi 200.000 planos y expedientes técnicos y en torno al millón de documentos fotográficos o cinematográficos que se custodian en aproximadamente mil quinientos metros lineales de documentación distribuidos en las siguientes unidades de instalación: 12.686 cajas de archivo definitivo y 60 planeros colgantes para la primera sección y 847 cajas de archivo definitivo y 72 contenedores específicos para material fotográfico en la segunda.
Por último El fondo bibliográfico consta de tres secciones: la Biblioteca, la Hemeroteca y Fondo de estampas. La primera de ellas agrupa unos 6000 volúmenes, la mayoría vinculados con las ciencias aplicadas. La hemeroteca está compuesta por un total de 230 cabeceras de revistas, correspondiendo la mayor parte de los títulos a revistas especializadas en construcción y reparaciones navales, y el fondo de estampas la sección de más reciente constitución, y que contiene una colección de dibujos y estampaciones de diferentes técnicas, que el astillero ha ido adquiriendo a lo largo de los años.
Zona Historica de la factoría de Puerto Real.
Head Image: Dique de Matagorda y Edificio del Museo.