Port of La Ràpita: a 360° Integration Model

El puerto de La Ràpita: modelo de integración 360°

La Rápita es uno de esos paraísos escondidos que uno no visita por casualidad. Alejada de las principales vías de comunicación, su privilegiada ubicación, en una pequeña franja de territorio entre la bahía de los Alfacs y la sierra de Montsià, le confiere un carácter propio que no puede entenderse sin la estrecha vinculación de sus gentes con el mar. Esta vinculación fue la que motivó el nacimiento de la “Real Ciudad” y ha condicionado y continúa condicionando tanto su fisonomía como su ADN cultural, social y económico. El por qué el término de “Real Ciudad” se debe a la voluntad original del monarca Carles III cuando, en el siglo XVIII, ordenó construir, en este maravilloso lugar, un puerto y un canal de navegación para conectarlo con el rio Ebro. Su intención inicial era la de convertirlo en uno de los principales puertos del Mediterráneo y, a pesar de que los proyectos originales quedaron incompletos tras su muerte, el carácter de villa portuaria permaneció y se reforzó a lo largo de los años, condicionando el crecimiento de la propia ciudad y las actividades económicas de sus habitantes. Aunque no es objeto de este artículo, la historia y evolución de la ciudad y de su puerto bien merece otro espacio que ayude a entender la importancia de este enclave, comprometiéndome a abordarlo en el próximo número.

En este punto, me gustaría aportar una serie de datos para encuadrar el contexto y poner de relieve la inseparable relación entre el municipio de La Ràpita, sus gentes y su puerto. El puerto de La Ràpita dispone, actualmente, de la mayor flota de pesca profesional de Cataluña con 90 embarcaciones profesionales dedicadas al arrastre y artes menores que generan unas ventas en lonja por valor de más de 13 millones de euros anuales [1]. El frente portuario del municipio se desarrolla al largo de 2 km ocupando la práctica totalidad de la fachada marítima del municipio y convirtiéndolo en el principal pulmón social, turístico y cultural del mismo. Dispone de dársena comercial con dos empresas consignatarias y estibadoras que operan un cierto tráfico de mercancías y, puntualmente como esta temporada 2023, algún crucero turístico. La superficie ocupada por el puerto es de 1.450.000 m², cantidad similar a la superficie ocupada por el resto de superficie urbana aneja. Dispone de unos 1.800 amarres destinados a la náutica deportiva y más de 25.000 m² de superficie destinada a reparación, mantenimiento e hibernación de embarcaciones. Además, fruto de sus orígenes y su gran vinculación al mar, el municipio y el puerto disponen de una gran oferta de industriales dedicados a la náutica, desde calafates tradicionales hasta servicios oficiales de primeras marcas como Volvo Penta, y de dos astilleros. El dato que contextualiza todo el resto de información es que La Ràpita tiene censados, tan solo, un total de 14.767 habitantes [2]. Estos datos ponen de relieve una realidad que, aunque es extrapolable a otras infraestructuras portuarias, aquí adquiere un significado, si cabe, más evidente: se debe entender el binomio puerto-municipio como una unidad inseparable sin la cual, ni uno ni otro, serian actualmente lo que son e, incluso, condicionaría la viabilidad de ambos.

Cuando se habla, tradicionalmente, de relaciones puerto-ciudad, muchos de nosotros pensamos en esos grandes puertos donde el propio crecimiento de la ciudad y la presión ejercida sobre el puerto ha provocado un desplazamiento de las actividades portuarias “más duras” hacia el exterior liberando gran cantidad de terreno interior portuario para crear zonas de mayor valor añadido para el ciudadano y para actividades turísticas. Es decir, hay una concepción más vinculada a la “pacificación” del entorno urbano portuario. No es el caso de La Ràpita. Ya sea por los orígenes ya comentados de la población o por el constante trabajo de colaboración y entendimiento entre la Administración Local y la Administración Portuaria, todos los actores entienden que la relación pasa, no solo por crear espacios de valor para la ciudadanía, sino, también, por colaborar para crear otra serie de valores de suma importancia que han de ser la base de crecimiento y consolidación del puerto como activo económico y social del municipio.

El puerto trabaja para crecer y consolidarse como un polo de actividad donde la juventud de La Ràpita pueda encontrar diferentes opciones atractivas para desarrollarse profesionalmente sin necesidad de tener que abandonar el municipio en la búsqueda de un mejor futuro. Desde el punto de vista de la industria náutica, por ejemplo, se ha implantado, con la implicación directa de Ayuntamiento, Ports de la Generalitat e industriales locales, una línea de formación profesional para la reparación y mantenimiento de embarcaciones deportivas donde los alumnos reciben clases teóricas en el instituto municipal y después se desplazan a las instalaciones portuarias para realizar las diferentes prácticas. También se ha conseguido que los dos astilleros locales desplacen sus instalaciones desde otras zonas del municipio a terrenos portuarios con mejores condiciones operativas que garanticen la consolidación de la actividad y su desarrollo futuro. Pero esta voluntad de crear valor se extiende a todos los ámbitos con la idea de maximizar todo el potencial de un puerto al servicio de la sociedad.

En referencia a la pesca, se es totalmente consciente del actual momento de crisis que está sufriendo el sector fruto de la problemática asociada a los altos costes operativos, a las nuevas normativas pesqueras europeas y a la falta de relevo generacional. Considerando que la principal “empresa” del municipio es la Cofradía de Pescadores, las diferentes administraciones trabajan para garantizar su continuidad como primer puerto pesquero de Cataluña. Con esta finalidad se han implantado medidas para reducir los costes operativos de la pesca como la adquisición de placas fotovoltaicas para reducir el alto coste energético de la lonja y de las instalaciones complementarias y se trabaja desde el puerto, junto con la Cofradía y el Ayuntamiento, en crear nuevos productos vinculados con el turismo pesquero como por ejemplo visitas guiadas que ya se están llevando a cabo y donde se le propone al turista una experiencia inmersiva que le permite conocer, de cerca, todo el proceso de la pesca desde la salida de las embarcaciones hasta la comercialización del pescado.

Los deportes náuticos no solo se conciben como producto de ocio sino que se trabaja creando destinación y servicios que permitan ofrecer diferentes salidas profesionales vinculadas al sector. El hecho de estar ubicado dentro de una bahía natural en pleno delta del Ebro, dota al puerto de unas condiciones excepcionales para la práctica de deportes náuticos y para su desestacionalización a lo largo de todo el año. Conscientes de este potencial, diferentes administraciones como Ports de la Generalitat, el Ayuntamiento, el Patronato de Turismo y la Cámara de Comercio trabajan, de forma conjunta, bajo la marca Delta Ebre Port, para potenciar los servicios de xarter y el turismo náutico vinculándolos con la destinación turística. Así, se ha creado una guía náutica para navegantes y se promociona la destinación en los principales salones náuticos nacionales y europeos. El objetivo no es, tan solo, el de crear producto turístico, sino también el de socializar el uso de la náutica virando desde el perfil tradicional de usuario basado en la propiedad de una embarcación y un amarre al perfil de usuario de pago por uso más acorde a las tendencias actuales y facilitando, de esta forma, el acceso a todos los usuarios independientemente de su capacidad financiera.

Deportes náuticos concibidos como producto de ocio y turístico dentro de la bahía natural en el delta del Ebro. (Fuente: Estación Nautica La Ràpita).

El acceso universal de los niños y niñas al mar y a las diferentes actividades náuticas. (Fuente: Estación Nautica La Ràpita).

Otro de los ejes fundamentales para que toda esta estrategia dé sus resultados es el de la necesidad de potenciar la náutica de base y el acceso universal de los niños y niñas del municipio al mar y a las diferentes actividades náuticas. Este es un target estratégico para Ports dela Generalitat y cuenta con el soporte incondicional del Ayuntamiento. Desde el año pasado ya se ha implantado, gracias a la financiación del Ayuntamiento, un  programa para que todos los alumnos de los centros educativos de La Ràpita incorporen la vela y los deportes náuticos en su programa curricular para la asignatura de educación física. Por otro lado, en estos momentos Ports de la Generalitat está construyendo un centro de deportes náuticos en el puerto que será gestionado por el Ayuntamiento dela Ràpita como equipamiento deportivo municipal para consolidar la náutica curricular en las escuelas y ofrecer servicios náuticos asequibles a toda la población.

No menos importante es recordar el hecho de que La Ràpita se encuentra ubicada en un entorno de gran valor medioambiental, en el medio de la bahía dels Alfacs y en pleno Delta del Ebro, catalogado como reserva de la Biosfera. Este hecho no se concibe como un hándicap para el desarrollo económico del puerto. Todo lo contrario, se trabaja con la firme convicción de que constituye un valor añadido que refuerza su atractivo y que supone una ventaja competitiva respecto a otras instalaciones. En este sentido, Ports de la Generalitat trabaja para convertirlo, en los próximos años, en el primer Green Port de Cataluña con el 100% de autosuficiencia energética mediante fuentes renovables. Ha instalado cerca de 600 kw de potencia fotovoltaica y estudia nuevas fuentes tanto de generación como de almacenamiento. Este aspecto, no solo contribuye a la reducción de emisiones y a la sostenibilidad ambiental de la instalación sino que también aportara una ventaja competitiva a las diferentes actividades a implantar en el puerto al poder ofrecer energía de menor coste en un contexto de altos precios de la energía.

Además, la fragilidad de los ecosistemas naturales de la zona y la amplísima biodiversidad natural del Delta, ofrecen una inmejorable oportunidad para explorar las posibles implantaciones de diferentes actividades (productivas, investigación y desarrollo, docencia, empresariales, etc…) vinculadas a la Economía Azul. Con esta voluntad, el Ayuntamiento de La Ràpita inaugurará próximamente un centro de Economía Azul y Ports de la Generalitat prevé inversiones y explora diferentes líneas de ayudas europeas que ayuden a posicionar al puerto como referente en este ámbito.

Por tanto, y como se intenta exponer, la integración puerto-ciudad en La Ràpita se aborda, de forma coordinada, desde una concepción común global y estableciendo previamente una estrategia conjunta que ayude a alinear las diferentes actuaciones de todas las administraciones en la búsqueda de un objetivo común. Los espacios portuarios se diseñan, no solamente con el objetivo de crear espacios públicos de valor paisajístico alto, sino también como espacios funcionales que den respuesta a las necesidades de las diferentes actividades portuarias y que permitan acoger diferentes actividades culturales, sociales y deportivas del municipio. El puerto se transforma en el centro neurálgico de la sociedad Rapitenca; lugar de encuentro, de celebración de fiestas patronales, de disfrute del cine de verano al aire libre, de paseo por espacios de calidad desde donde se pueda compartir la vida portuaria o donde poder consumir servicios de ocio portuario vinculados a la bahía. Actividades, todas ellas, que actúan como palancas de atracción de la ciudadanía hacia el puerto. En definitiva, convertir al puerto no solo en el jardín del municipio sino en el centro de referencia de su vida social, económica y cultural.

IMAGEM INICIAL | Puerto de La Ràpita. (Fuente: Ports de la Generalitat de Catalunya, 2019).

NOTAS

[1] Anuario estadístico 2021 Ports de la Generalitat https://ports.gencat.cat/wp-content/uploads/2022/04/ANUARI_2021.pdf/.
[2] IDESCAT 2022 https://www.idescat.cat/emex/?id=431362/.