Los malagueños habitan sus calles 365 días del año. La potente luz que baña las fachadas de sus iglesias y palacetes hace que el transeúnte se sienta hechizado por los pigmentos de la ciudad. Tradicional y cosmopolita, este rincón del Mediterráneo con fuertes contrastes no deja indiferente a nadie.
La apertura a la ciudad del Muelle 1 y 2 ha aportado no sólo un lugar de esparcimiento sino la aproximación del ciudadano al puerto y al mar.
Este reencuentro de los malagueños con su puerto ha permitido descubrir una serie de deportes y actividades cuya práctica era desconocida para gran parte de la ciudad. Ahora son cientos de personas los que cada día se aproximan a la dársena a pasear y disfrutar de este magnífico espectáculo.
El mar está presente en la vida de los malagueños de una forma continua. Tanto en lo laboral como en el ocio. Son pocos los ciudadanos que pasan un día sin admirarlo y disfrutarlo. Habitantes y visitantes disfrutan de las cálidas aguas mediterráneas.
Desde los eventos más tradicionales como la Semana Santa al festival de cine español y demás eventos alternativos, junto a los más de 34 museos como el Picasso, Thyssen o el Centro de Arte Contemporáneo, hacen de Málaga una ciudad con una gran oferta cultural que atrae al 64% del turismo que llega a la capital.
Y es que esta ciudad ha sabido reinventarse en sus propios orígenes.
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+ 2800
horas
de sol al año
+500
restaurantes
+360
chiringuitos
+160km
de playa en su litoral
y casi
8.000
amarres de embarcaciones de recreo
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