Cuando me propusieron presentar sobre las ciudades portuarias y el COVID 19 en Latinoamérica intente encontrar un elemento común que diera una mirada homogénea y consistente al impacto que estas ciudades están sufriendo. Sin lugar a duda la característica común más notoria es socioespacial y la oportunidad que esta representa en la post pandemia. Se relaciona con una dinámica de deterioro urbano histórica que los espacios en áreas circundantes o vecinos a los puertos han tenido en Latinoamérica, de la mano quizás también un decrecimiento del puerto como actividad económica principal de la ciudad. Pensé inmediatamente en tres casos emblemáticos donde los municipios y en algunos casos los gobiernos nacionales están realizando estudios o directamente financiando proyectos de renovación urbana y mejoramiento de barrios integral en estos casos mediante el financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Estos son: el Barrio31 de Buenos Aires, los Bañados de la ciudad de Asunción del Paraguay y la Ciénaga de la Virgen en Cartagena, Colombia. En los tres casos encontramos una población significativa establecida en barrios vulnerables cercanos a los puertos de la ciudad, estén estos aun operativos o no.
Latinoamérica es una región esencialmente urbana, con cerca del 80% de la población viviendo en ciudades, donde también vive el 60% de los pobres de la región y con un precio por metro cuadrado de suelo servido de los mas altos del mundo. Esto ha originado que aproximadamente 1 de cada 3 personas en Latinoamérica vive en barrios vulnerables. Estos están caracterizados por una notable carencia de: infraestructura básica (agua potable, cloacas y drenaje, pavimentos), vivienda asequible, espacio público y equipamiento urbano, infraestructura y servicios sociales (acceso a la salud) y altísimos niveles de hacinamiento. Esta condición de alta vulnerabilidad de estos barrios los convirtió en foco de la pandemia y nuevamente recordó a los habitantes de Latinoamérica de una deuda histórica con sus conciudadanos. Algunas de las recomendaciones básicas impartidas por los estados nacionales y subnacionales para la lucha contra el COVID 19 estaban precisamente relacionadas con la necesidad de un mayor nivel de acceso a agua potable para la limpieza de las manos, la cuarentena en la propia vivienda, la necesidad de características constructivas que garanticen la ventilación de esta, la necesidad de un espacio publico (incluyendo calles y veredas) que permita el distanciamiento social y el acceso rápido desconcentrado a servicios de salud. Todas estas recomendaciones son claramente incumplibles en los barrios vulnerables de Latinoamérica. La respuesta se intente dar, deberá ser focalizada y adaptada a las características de estos barrios.
Claramente los tiempos de reacción necesarios para mejorar estas deficiencias estructurales tampoco se condicen con la urgencia del caso. Estamos entonces ante una oportunidad histórica de dar prioridad a la renovación urbana y el mejoramiento de los barrios vulnerables con el fin de que posean el mismo acceso a la “ciudad” y la calidad de vida que el resto de la ciudad “formal”. De generar una política de estado en tal sentido para que la próxima pandemia tome a la región mejor preparada. Es necesario desarrollar esta visión y una planificación hoy para tenerla implementada en el mediano y largo plazo, apoyada en una inversión mantenida en el tiempo. ¿Pero que debe incluir esta respuesta? En primera medida debemos dejar de pensar en soluciones sectoriales parciales, no planificadas que no consideren la situación espacial de la intervención. Sera necesario poner al centro la planificación urbana nuevamente, dando a las intervenciones una mirada holística, que tenga como eje la mejora de la vivienda, la provisión de servicios básicos, el reasentamiento de población ubicada en áreas de riesgo, la provisión de servicios de salud y educación, la creación y mejora de espacios públicos, la regularización de suelo y la conectividad mediante transporte público y movilidad activa. Sera necesaria una mirada planificadora abarcativa que incluya todos estos temas, que “haga ciudad”. Nuevamente, es un desafío que solo una política de estado podrá resolver. Como respuesta rápida al COVID 19, esto podría darse en fases como parte del proceso de recuperación económica, en una primera fase se podrá generar empleo masivo en la mejora de vivienda y provisión de servicios básicos, mientras de manera multisectorial se planifican y coordinan intervenciones para el mediano plazo de mayor envergadura transformadoras de la realidad actual.
Dado el nodo económico-espacial que los puertos representaban no es de extrañar que barrios vulnerables se hayan desarrollado también en sus entornos. ¿Que están haciendo o planificando ciudades como Buenos Aires o Asunción para mejorar esto barrios? El barrio 31 de Buenos Aires quizás sea el ejemplo mas avanzado y cabal de cómo dar una solución holística al problema. La ciudad ha invertido para que los aproximadamente 40.000 ciudadanos del barrio tengan la misma calidad de vida que el resto de la ciudad. Cuando este proyecto dio comienzo, por ejemplo, solo un 24% los ciudadanos del barrio tenían educación secundaria completa contra un 76% del resto de la ciudad; solo un 26% tenía servicios de cobertura de salud contra un 81% del resto de la ciudad, etc. Se espera que el resultado de las inversiones realizadas en mejoramiento de atención a la salud y educación, seguridad, infraestructura básica, mejoramiento de vivienda y nueva vivienda, acceso a movilidad, gestión de la información, desarrollo económico y espacio público, entre otros, modifiquen estos indicadores en el largo plazo, ese será el verdadero éxito del proyecto.
Una imagen del Barrio31 en Buenos Aires.
Otro caso emblemático es el de la costa de Asunción sobre el rio Paraguay, donde los barrios vulnerables instalados hace décadas en zonas inundables a la orilla del necesitan de una solución definitiva. Desde hace anos el proyecto de la Franja Costera de Asunción puja por una solución holística a las cerca de 100.000 personas que habitan esta zona. Este proyecto, formado de múltiples subproyectos a distintos niveles de implementación, al igual que el anterior involucra la futura generación de vivienda nueva, mejoramiento de vivienda, movilidad, infraestructura básica, infraestructura social (salud y educación) e inclusive la posibilidad de incluir al sector privado para que financie parte de la inversión necesaria.
Bañados de la ciudad de Asunción y proyecto de la Franja Costera sobre el rio Paraguay.
Son múltiples los proyectos de renovación urbana integral que es necesario desarrollar en la región para que los ciudadanos puedan afrontar la próxima pandemia en condiciones mejoradas de vida y estos proyectos podrán brindar experiencia única a los por venir, pero sin lugar a duda el foco en áreas portuarias debería ser uno de los centros de estudio e interés para grupos como RETE en pos de convertirse en socios de largo plazo con las ciudades portuarias de bajo y mediano ingreso.
Head image: El Barrio31 de Buenos Aires, uno de los proyectos de renovación urbana y mejoramiento de barrios realizado en Latinoamérica.