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El impacto de la industria logística en el desarrollo territorial de América Latina
Recientes encuentros del Foro Económico Mundial, se han referido a los impactos sobre la economía global causados por contextos disruptivos, demostrando así que los efectos derivados por la pandemia, los conflictos bélicos internacionales o las crisis sobre las sociedades y territorios como consecuencia del cambio climático, afectan principalmente a los sectores logísticos, perjudicando a la organización, eficiencia y rentabilidad de las cadenas del suministro comercial global.
Ante estas circunstancias, la búsqueda de la resiliencia organizacional ha puesto su interés en la redefinición de las estrategias de abastecimiento, promoviendo un lugar de atención al concepto de nearshoring, como respuesta estratégica a las condiciones de las cadenas de suministro, estudiando para ello las formas de evitar los efectos de vulnerabilidad.
En este contexto el nearshoring promueve la gestión de relocalización de determinadas operaciones estratégicas de las empresas hacia territorios con grados de confiabilidad en su estabilidad y con ventajas comparativas respecto a los modos y costos de la producción y la disminución de los tiempos de entrega.
Así, el Foro Económico Mundial en sus consideraciones y en virtud de la trascendencia de este tema define al nearshoring como un arma competitiva para las industrias, poniendo de manifiesto el valor para los mercados internacionales de disponer de certidumbre y confianza en la productividad y en la cadena logística del comercio internacional, alentando para ello el estudio de localizaciones con riesgos predecibles, lo cual ha favorecido a que las empresas pongan en su mapa de atención económico mundial a distintas regiones de Latinoamérica, en sus decisiones de alianzas colaborativas.
Atendiendo a este panorama es interesante abordar la evolución del nearshoring en América Latina ante las debilidades de la cadena mundial de suministros, lo cual condiciona a las empresas a una continua revisión de su huella internacional.
Ante esta experiencia de profundos cambios organizacionales, el nearshoring ha de poder transformarse en un aliado estratégico de Latinoamérica y el Caribe, pues su práctica responde a estrategias de externalización de los procesos de fabricación, generando con ello el interés de las empresas globales al estudio de relocalización de sus sistemas productivos en países donde por las características de su región geográfica o de su continente, les sea posible atender ventajas en cuanto a los costos de transporte, las relaciones de sus zonas horarias y las afinidades de las formas laborales, promoviendo gracias a ello la colaboración y la eficiencia de un nuevo sistema de alianzas corporativas.
Ratificando esta visión y según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el nearshoring puede aumentar las exportaciones mundiales de América Latina y el Caribe en 78.000 millones de dólares anuales, en tanto las proyecciones del BID indican que Brasil podría ver incrementadas sus exportaciones en 7.840 millones, Argentina en 3.910 millones de dólares, Colombia en 2.570 millones y en conjunto, Chile, Costa Rica y la República Dominicana podrían superar los 1.500 millones de dólares anuales, afirmando asimismo que América Latina presenta al mercado una amplia gama de industrias, incluidos los sectores automotriz, alimentos, textil, farmacéutico, energías renovables y minería, beneficios que podrán ser sustanciales para dar incentivos también a las empresas de toda la región, contribuyendo a la recuperación económica al reorientar las inversiones, pudiendo recuperar incluso entre 30.000 y 50.000 millones de dólares que antes se destinaban a Asia.
Un impacto que también se podrá trasladar al desarrollo territorial, en función de la necesaria inversión en redes de logística, ampliando infraestructuras de transporte y redes de parques de almacenamiento, como consecuencia de la presencia en las diversas regiones de LATAM de empresas e industrias con actividad comercial transfronteriza, atraídas por la diversificación de sus cadenas de suministros globales.
Se abre así una ventana de oportunidad para América Latina y el Caribe a favor de esta reorganización abierta a explorar las ventajas de una mayor eficiencia logística, un momento estratégico para generar nuevos acuerdos comerciales globales y colaborativos, convocando a aquellas empresas que buscan mejorar su resiliencia operativa aprovechando las diversas cualidades de los países de la región.
IMAGEN INICIAL | La digitalización de procesos y las tecnologías emergentes están implementando una nueva forma de entender la logística. (Fuente: Elaboración del autor).