Bilbao es una ciudad portuaria vertebrada desde su origen en torno a la ría del Nervión. Esa ría, navegable desde el Cantábrico hasta la iglesia de San Antón y la Plaza Vieja, fue su puerto y en las márgenes de la misma organizó sus muelles y astilleros. Abordaré este pasado de Bilbao de la mano de dos personas, ambas fotógrafas aficionadas y oriundas del lugar, de referencia obligada si se quiere mirar a Bilbao, a su ría y a sus gentes: Pedro Telesforo de Errazquin (Bilbao, 1834-1898) y Eulalia Abaitua (Bilbao, 1853-1943). Su obra fotográfica es en blanco y negro, tiene más de 100 años y se custodia en el Euskal Museoa/Museo Vasco de Bilbao.
Cronológicamente el primero es Pedro Telesforo de Errazquin Astigarraga. Nació en Bilbao, el 6 de enero de 1834, en el seno de una familia burguesa dedicada a los negocios del puerto: consignataria de buques y comercio (quincallería, hierro, tejidos, alquitrán…) con intereses en la banca y el ferrocarril. Pedro Telesforo, y la firma empresarial Casa Errazquin de la que era miembro, constituyeron en Bilbao la Sociedad Anónima Española de La Dinamita-Privilegios Alfred Nobel– el 29 de julio de 1872 y él mismo llegó a ser el primer presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, institución fundada el 28 de mayo de 1886 en el salón de actos del Instituto Vizcaíno, sito en la actual Plaza Miguel de Unamuno [1].
De la afición de Errazquin por la fotografía nos quedan 530 placas de vidrio, en varios formatos y técnicas diferentes (colodión y gelatinobromuro). Más de 200 tienen como lugar representado el actual Bilbao. De lo conservado extraigo dos obras excepcionales, ambas son panorámicas que este autor realizó secuenciando dos placas. Se reproducen con una raya vertical para dejar constancia del punto de unión de cada una de ellas.
© Pedro Telesforo de Errazquin. Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco. ERR-268+269. Vidrio negativo, colodión, 12 x 16 cm.
Sin título del autor, esta fotografía podría rotularse como: El puerto de Bilbao en torno a 1859. Errazquin se situó a cierta altura para las tomas, en el piso primero o segundo de alguna de las casas que miraban a la ría. Los amarres están en la margen derecha con varios veleros comerciales atracados; en tierra mercancías, gentes y la esquina del teatro de la villa (el anterior al que conocemos, denominado Arriaga a partir de 1902). Bilbao no llegaba a los 18.000 habitantes, transitaba entre la villa comercial y la ciudad industrial.
Nos fijamos en la margen izquierda, casi irreconocible si no se sabe algo de la historia de Bilbao y su evolución urbana. Eran tierras de la anteiglesia de Abando que se anexionarían a Bilbao, paulatinamente a partir de 1870, para formar lo que hoy es el Ensanche. Lo único que perdura, y se reconoce su perfil, es la iglesia de San Vicente, en cuyo costado sur, en la que fuera su plaza Mayor, quizá se acababan de plantar, o se plantarían pronto, los ejemplares de platanus hispánica que, hoy centenarios, nos ofrecen una magnífica sombra y un pequeño remanso de paz, en la plaza de los Jardines de Albia. Llama la atención el edificio de 5 plantas, la casa de Joaquín Mazas Mijares, (donde hoy está la sede de Metro-Bilbao, en la calle Navarra) primer edificio de vecinos inaugurado en 1860. Todavía no habían llegado los ferrocarriles, no se habían levantado las estaciones de Abando, Santander y Santurtzi, que se asentarán en las tierras de labrantío y el propio caserío que mira a la ría. Aguas abajo, siguiendo por la margen izquierda, lo que había eran astilleros, tinglados, tejavanas e instalaciones portuarias.
Uniendo ambas márgenes y los distintos territorios, vemos el puente de Isabel II (actual del Arenal), planificado por el arquitecto Antonio de Goicoechea que se inauguró en 1848. Esta imagen nos muestra dos de los arcos de fundición [2] y la parte central con dos de los templetes que guardan el mecanismo levadizo para facilitar el paso de las naves aguas adentro del puerto; este ingenio duró poco tiempo siendo sustituido por una plancha fija. El intenso tráfico debió ser el causante de la fatiga de los materiales. Este puente, hasta 1870, fue de peaje para los vecinos de Abando; la caseta de pago, situada delante de la casa Mazas, lo confirma.
Algo posteriores a esta joya del pasado son algunas de las imágenes que los fotógrafos profesionales J. Laurent y Charles Monney realizaron en torno a este espacio, consultables vía internet en la Fototeca del Patrimonio Histórico del Gobierno de España. Para visualizar el hoy de este lugar deberíamos colocar al hombrecito de Google maps en la calle de la Ribera esquina con la calle Nueva.
© Pedro Telesforo de Errazquin. Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco. ERR-069+074. Vidrio negativo, colodión, 21 x 27 cm.
Aquí el título sería: La ría y su desembocadura en torno a 1880. Damos un salto en el espacio, yendo del Casco Viejo a las cumbres de Artxanda, porque la imagen fue tomada desde el monte Banderas. Estamos ante el curso de la ría y vemos desde Deusto hasta el Abra, el puerto de Bilbao va creciendo aguas abajo. La canalización del Nervión es una realidad bajo la dirección del ingeniero Evaristo Churruca, que está trabajando en su encauzamiento, a la altura de Elorrieta, bajo el Monte Cabras, que ahí tenemos en la margen derecha, separando las vegas de Deusto y Erandio; ambos territorios, de marcada vinculación agrícola, serán sustituidos por barriadas de casas y construcciones de todo tipo. Pronto seguirá la culminación del puerto exterior, finalizado en 1904, gran logro para el desarrollo industrial del territorio.
En la margen izquierda destaca la desembocadura del río Cadagua en aguas de la ría, apreciándose los arenales hoy desaparecidos. Tras ésta, en la orilla se perfilan varios cargaderos de mineral de hierro, procedente de las abundantes minas tierras adentro; y una larga fila de buques fondeados, trasportadores hacia Europa de esa riqueza natural. En tierra firme, en la vega de Barakaldo, mirando a las aguas navegables, varias chimeneas nos sitúan ante la Fábrica Nuestra Señora del Carmen, dedicada a la obtención de hierro dulce, que será el germen de Altos Hornos de Vizcaya. Al fondo se perfila la silueta del Monte Serantes que con sus 451 metros de altura es el centinela natural del Abra y la desembocadura de la ría; su cumbre sirvió de atalaya a los guardianes de la bocana del puerto de Bilbao, siempre atentos al tráfico marítimo; actualmente, está coronado por una gran antena de telecomunicaciones y, a sus pies, entre las localidades de Santurtzi y Zierbena, se ubica el nuevo, súper, exterior, puerto de Bilbao.
La segunda autora es Eulalia Abaitua Allende-Salazar que, como Errazquin, nació en Bilbao, el 25 de Enero de 1853, en el seno de una familia burguesa, dedicada al comercio y con intereses navales y de transporte marítimo. Cursó estudios en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Sarriá de Barcelona. Casó en 1871 en Inglaterra, residiendo un tiempo entre Liverpool y Londres. Tras el fallecimiento de su padre en 1876, Eulalia Abaitua y su esposo Juan Narciso Olano, construyeron su residencia en la anteiglesia de Begoña, actual barrio de Bilbao, el palacio del Pino. En esa casa Eulalia crió a sus cuatro hijos y dio rienda suelta a su afición por la fotografía. Su material preferido fueron las placas estereoscópicas de vidrio, positivas y negativas, 2000 unidades con formato 4,5 x 10,7 cm y emulsión de gelatinobromuro. De su archivo fotográfico custodiado en el Museo Vasco de Bilbao queremos destacar la serie de imágenes que tienen como protagonista la ría de Bilbao; una selección de ellas vio la luz a través de la exposición temporal Kresalibaia behinolako irudiak / La Ría, imágenes de otro tiempo, celebrada en el Euskal Museoa en 1992[3]. En esa selección de 65 tomas podemos visualizar el pasado de Bilbao, desde finales del siglo XIX hasta los primeros años del siglo XX, cuando contaba con algo más de 83.000 habitantes.
© Eulalia Abaitua. Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco. ABA00071. Vidrio estereoscópico negativo, gelatinobromuro, 4,5 x 17 cm
Esta fotografía de año 1900 tiene como protagonistas a varias chalupas de pescadores[4] abarloadas en el muelle del Arriaga, con algunos de los tripulantes preparando la comida en un hornillo. Durante los primeros años del siglo XX a estas embarcaciones pesqueras, construidas en los astilleros artesanales de Bizkaia, se les fueron incorporando sencillas cubiertas de madera y tras la fatídica galerna de 1912 se les fue adaptando la maquinaria a vapor. Tras las chalupas vemos un nuevo puente del Arenal (sustituto del retratado por Errazquin), debido al ingeniero Adolfo Ibarreta que quedó destruido en el trascurso de la guerra civil española. Parece que la ciudad celebra alguna fiesta, el puente está engalanado con bombillas y los balcones de la casa Mazas presentan las características colgaduras. En la margen izquierda, a un lado del puente, ya está en funcionamiento la estación de tren a Portugalete y las unidades al otro lado, con el muelle perfectamente construido. Aguas abajo, en la ría de Bilbao la actividad era frenética, carga y descarga de buques, tinglados repletos de abastos, navegación de vapores con mercancías y algún pasaje, construcción de barcos que serían botados a sus aguas, fiestas y conmemoraciones, desafíos de traineras, regatas deportivas, la llegada de la pesca… mucha gente y muchos quehaceres que hoy son recuerdo.
© Eulalia Abaitua. Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco. ABA00785. Vidrio estereoscópico positivo virado a sepia, gelatinobromuro, 4,5 x 17 cm
Estamos, más o menos en el mismo tiempo que la fotografía anterior. Esta imagen, la izquierda del par estereoscópico, está rotulada de puño y letra por la propia autora, entre las dos imágenes: “Los astilleros del Nervión – Bilbao – 209 A”. Los datos que aporta nos sitúan ente uno de los astilleros más importantes del puerto de Bilbao, “la primera factoría que se levantó en la Ría con las dimensiones y equipamientos necesarios para dar salida a la construcción de grandes buques de acero”[5], tanto mercantes como de guerra. Pero si algo perfila el horizonte de esta imagen es la silueta de un alto horno siderometalúrgico, el de la empresa Altos Hornos de Vizcaya (AHV) con sus chimeneas humeantes; colindante con estos astilleros, AHV se fundó en 1902 por la fusión de tres compañías: Nuestra Señora del Carmen (vista en la fotografía de Errazquin), La Vizcaya y La Iberia, y colonizó todo el territorio comprendido entre la desembocadura del río Cadagua y el linde con Portugalete. En pocos años sería la mayor empresa vasca y uno de los motores de la industria española. En la ría un bote cruza las aguas junto a otras embarcaciones fondeadas; era algo corriente el servicio de boteros a lo largo de la ría para trasportar a las personas de una orilla a la otra; hoy apenas queda alguno en este oficio. En primer término, de rodillas, la silueta de una mujer con su cubo de lavado y un reflejo del agua atrapado en la tela que está limpiando.
He querido constatar con estos fragmentos del pasado algunos de los cambios topográficos operados sobre el Bilbao que respiramos. Aquí, como en otros tantos lugares, la acción humana sobre el paisaje natural es patente, haciendo caminos, desecando y encauzando ríos, alzando puentes, talando bosques, cuadriculando vegas, edificando casas y fábricas… cemento, asfalto, contaminación y mucho ruido. Lo cierto es que la trasformación del espacio es tan grande que resulta casi imposible reconocer los sitios, casi no queda ni rastro. Unos dirán degradación, otros progreso.
Las imágenes que se incluyen en este artículo solo podrán utilizarse para esta finalidad. Queda prohibida cualquier otra utilización, según las condiciones del Euskal Musea de Bilbao.
Notas
[1] VVAA, Bilbao 1860-1895 Pedro Telesforo de Errazquin. Argazkiak-Fotografías-Photographs, Bilbao, Museo Vasco, 2000. Especialmente p. 105-121. Esta publicación fue el complemento a la exposición que sobre este autor realizó en el Euskal Museoa con motivo del 700 Aniversario de la fundación de Bilbao.
[2] Contaba con cuatro, uno de ellos recuperado y en servicio, documentado en Cárcamo, Joaquín, La segunda vida del Puente de Isabel II, Periódico Bilbao, diciembre 2006 p. 9. Consultable en: https://www.bilbao.eus/castella/residentes/vivebilbao/publicaciones/periodicobilbao/200612/pag09.pdf
[3] Y su correspondiente catálogo, Bilbao, Euskal Museoa/Museo Vasco, 2001, 2ª edición.
[4] Así denominadas en URKIDI, Jesus; ERKOREKA, Anton: “La pesca con chalupas y traineras en Bermeo a principios del siglo XX”, Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 8, Untzi Museoa-Museo Naval, Donostia-San Sebastián, 2016, pp. 347- 370. En p. 361, narrando la vida a bordo, recogemos textualmente: “El fuego para cocinar se hacía en el ogala, que consistía en un cajón de madera o culo de barril revestido interiormente de ladrillos zementugaz edo bustiñegaz donde se encendía el carbón y sobre el que se colocaban los utensilios para cocinar. Este pequeño hogar se situaba detrás del palo mayor.”
[5] En palabras de Macías Olga, “Los Astilleros del Nervión: regeneración y continuidad de la industria naval vizcaína (1887-1900)”. Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 5, Untzi Museoa-Museo Naval, Donostia-San Sebastián, 2006, pp. 487- 502.
Head Image: © Eulalia Abaitua. Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco. ABA00785. (Detalle) Vidrio estereoscópico positivo virado a sepia, gelatinobromuro, 4,5 x 17 cm