El Castillo San Luis de Alba y el sitio patrimonial donde estuvo el poblado de Cruces, están emplazados en un promontorio a 10 mts de altura del río Cuyinhue afluente del río Cruces. El que nace en las faldas del volcán Villarrica y corre entre recodos y riberas acantiladas, dejando islas y zonas pantanosas que son parte de los humedales declarados Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter en 1981. Éste se conecta con el río Calle–Calle, a través del río Cau-Cau que confluye con el Valdivia, desembocando 15 km aguas abajo, en la Bahía de Corral y el Océano Pacífico.
Este ámbito fluvial sirvió a las primeras poblaciones indígenas [1] y a los requerimientos de conexión de la ciudad de Valdivia con el valle de la Mariquina durante la Colonia española. Y a los colonos alemanes y austríacos que se establecen a fines del siglo XIX y comienzos del XX, quienes desarrrollan el circuito de vapores del río Cruces, extinto por el cambio de geografía, después del terremoto maremoto de 1960.
El Castillo es un fuerte construido a solicitud del cacique Juan Manqueante al gobernador Francisco Gil de Negrete, en terrenos aportados por el cacique donde habría existido un asentamiento indígena. En su construcción se utilizaron materiales, técnicas constructivas defensivas y mano de obra indígena.
Construido en 1647, originalmente en Tanacura con una doble empalizada de madera. Fue realizado según planos basados en los manuales militares bajo la dirección del sargento mayor Juan Ruiz de Rincón. Éste tuvo una breve duración por ser construido en un lugar inundable, reconstruyéndose en su actual emplazamiento en el río Cruces. A este fuerte, por su situación estratégica, se le otorga categoría de Castillo, quedando a cargo de un castellano [2].
El Castillo por lo mismo es de origen intercultural y se constituyó en un complemento del sistema de fortificaciones de la Bahía de Corral y su función fue el control de las tribus rebeldes, el resguardo de la misión religiosa capuchina, la protección del valle de la Mariquina, y el enlace con el Camino Real o de la Frontera.
El Castillo no fue pieza original del sistema defensivo de las 19 fortificaciones de la bahía de Corral diseñado durante el Virreinato, y conocido como «la llave del mar del sur», que era parte del sistema de defensa del mar Pacífico junto al Castillo Real de San Felipe en Callao y el de San Diego de Acapulco.
Sin embargo éste recoge y expresa en plenitud y en pequeña escala, la tipología militar propia de los manuales de fortificación española para la conquista de América, autónomo de su geografía. Compuesto por un foso, muralla y baluartes con artillería pesada, que protegen un patio al que se accede por un puente, donde se construyen los edificios militares y religiosos. En el resto de las fortificaciones del sistema defensivo de la bahía de Corral, la tipología se adaptó a las características geográficas del terreno.
El conocido plano del proyecto de remodelación del Castillo elaborado en 1774 por el ingeniero Juan Garland, nunca fue realizado. Fue recreado bajo la dirección del ingeniero militar Manuel Olaguer Feliú, autor del Fuerte de Alcudia, con muros de cancahua nunca terminados, quedando dos empalizadas de madera que dan cuenta de la esencia intercultural del Castillo.
Durante la guerra por la independencia, el Castillo es destruido por el ejército independentista quedando la fortaleza relegada al rango de un simple fortín. Una vez reparada se convierte en baluarte para este ejército que debe lidiar con los grupos rebeldes que atacan con el apoyo de tribus indígenas.
Al abandonar la ocupación, el Castillo quedó en el más completo abandono siendo usado en las siguientes décadas como área de pastoreo y agricultura.
Pasaría un siglo, y el Castillo de alguna manera sería absorbido por la tierra y la vegetación aledaña, que lo camuflan y lo hacen virtualmente desaparecer del paisaje.
Este es el Castillo que “desentierra” y reconstruye el profesor Maurice Van de Maele con la asesoría del padre Gabriel Guarda en la década del 60’ a partir de los vestigios del foso, las murallas de piedra y madera, los baluartes y los emplazamientos de las construcciones que encuentra en sus excavaciones.
Castillo que el 2007 -50 años después- es declarado Monumento Nacional en la Categoría de Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile. Encontrándose hoy en estudio la restauración crítica de la reconstrucción realizada en los 60’, la que conserva los elementos más relevantes de esta fortificación española del siglo XVII.
Notas
[1] Navarro, Ximena.
[2] Saldivia, Salustio.
Referencias
Lobera, Mariño de, Crónica del Reino de Chile, capitulo XXXVIII en Historiadores de Chile. Imprenta del Ferrocarril, 1865. Santiago.
Saldivia, Salustio, Mariküga entre Historia y Memoria, Imprenta América. Valdivia, 2011.
Lacuze, Pedro. Principios de la fortificación. Impresor del Rey Thomas Piferrer. Barcelona. 1772.
Navarro Harris, Ximena, Paisajes arqueológicos y territorialidad en la zona Centro Sur de Chile. Recuento actualizado de la historia prehispánica del área ubicada entre Tirúa y Valdivia. Centro de estudios Socioculturales, UCT, Revista CUHSO volumen 8 nº 1. 2004.
Ministerio de Obras Públicas (2010). Diagnóstico del Patrimonio Cultural Región de Los Ríos, Programa Puesta en Valor del Patrimonio.
www.es.wikipedia.org>wiki>riocruces
Head Image: Río Cruces desde Castillo San Luis de Alba. (© Archivo Edward Rojas consultor, 2016).