La historia entre la relación del Puerto de Iquique y su gente se remonta a mediados del siglo XIX, cuando la región de Tarapacá se destacaba a nivel internacional por la exportación de salitre (salpeter o nitrate), mineral que se utilizaba como fertilizante y para la elaboración de explosivos.
El desarrollo de esta industria promovió importantes avances tecnológicos en la zona, como la instalación de un tren a vapor que unió las “salitreras” (fabricas donde se elaboraba el salitre) con los aproximadamente 19 muelles ubicado en la costa de Iquique, donde se reunía la carga que luego sería embarcada en goletas que aprovechaban una isla natural ubicada al frente – llamada posteriormente Isla Serrano – para fondear.
Aparejado al auge del salitre se formó Iquique, una pequeña ciudad con grandes casas de estilo europeo hechas con madera importada, bancos y todo tipo de servicios para los empresarios y hombres de negocios que llegaban a la región. Según un censo realizado en 1872, la ciudad tenía 5.088 habitantes. En la actualidad, Iquique tiene 184.953 (Censo 2012).
Auge y caída del salitre
Normalizadas las faenas mineras en las salitreras después de la ocupación chilena de Tarapacá, el gobierno fomentó la iniciativa privada transformando Iquique en la capital del salitre.
Hacia la última década del siglo XIX, se inició el desarrollo de obras portuarias en Iquique, con el objeto de facilitar la actividad del puerto. Para ello, se construyó un malecón y el molo de unión entre la isla Serrano y tierra firme.
En 1912, Iquique era un puerto muy importante, ya que la actividad salitrera originaba un movimiento de 1.300.000 toneladas al año. La transferencia de carga se realizaba a través de los numerosos muelles particulares existentes y las condiciones de mar eran bastantes aceptables, ya que la isla Serrano protegía en parte las operaciones.
No obstante, la Primera Guerra Mundial puso de manifiesto la inminente decadencia del salitre. Hubo una grave crisis de post – guerra y aún cuando la actividad logró recuperarse, el salitre sintético empezó a desplazar definitivamente al nitrato natural, lo que repercutió también en la actividad portuaria de Iquique.
El año 1927 la Comisión de Puertos llamó a propuesta pública para la ejecución de las obras del Puerto Iquique tal como lo conocemos hoy, con un Molo de Unión con tierra firme, un Molo de Abrigo de 864 mts. de longitud con un malecón de atraque y la construcción de un Espigón de Atraque, de 330 mts. de longitud y 100 m. de ancho.
La construcción se inició en 1928 y finalizó en 1932, precisamente en medio de la gran crisis económica mundial, que prácticamente acabó con la industria del salitre, la principal actividad económica de la zona.
La Zona Franca y el renacer de Iquique
El nuevo puerto construido fue administrado por el Estado a través del “Servicio de Explotación de Puertos”, entidad creada para administrar en forma centralizada los diferentes puertos públicos de Chile, hasta que en 1960 fue creada la Empresa Portuaria de Chile (EMPORCHI) a cuya administración pasaron las instalaciones.
En los años sesenta, después de una prolongada decadencia, la ciudad tuvo un nuevo despertar luego que el Estado fomentara el desarrollo de la actividad pesquera y de construcción de naves para la pesca en la ciudad. Esta actividad fue el principal sustento por casi veinte años, hasta que a mediados de los años 70, se creó la Zona Franca de Iquique (Zofri), generando un nuevo impulso de desarrollo a la ciudad, que perdurará hasta la hoy.
En diciembre de 1997 fue promulgada en Chile la Ley Nº 19.542 de “Modernización del Sector Portuario Estatal”, que estableció la creación de empresas portuarias autónomas y que permitió además, que los puertos pudieran concesionar áreas para lograr su fin, lo que hasta ese entonces no se permitía.
Dentro de este contexto, en abril de 1998 fue creada la Empresa Portuaria Iquique (EPI), continuadora legal de la ex EMPORCHI, que dejó de existir en diciembre de dicho año.
El puerto de Iquique, vista general. (© Puerto de Iquique)
Puerto de Iquique capitalizando el progreso
En el nuevo escenario generado por la industria pesquera y el dinamismo de la Zona Franca, el Puerto de Iquique se transformó en un eslabón estratégico en la cadena logística de la región, puerta de entrada y salida de la macro región norte de Chile, por lo que se hizo cada vez más imperiosa la necesidad de ampliar su infraestructura y tecnología.
Por esta razón, en el año 2000, Empresa Portuaria Iquique entregó en concesión el Espigón de Atraque (o Terminal Espigón) por 20 años a Iquique Terminal Internacional, un operador privado que luego de comprometer un nuevo plan de inversiones aumentó la concesión en otros 10 años.
Este nuevo operador ha generado inversiones en infraestructura y tecnología por cerca de US$40 millones, lo que ha permitido que recalen las naves más grandes llegadas a Chile – actualmente transfiere aproximadamente el 90% de la carga transferida por el puerto – y da empleo a más de 200 personas.
Así, la última década ha estado marcada por el progreso económico y social de la región, que ostenta una de las cifras más bajas del país en materia de desempleo, cada año registra un significativo aumento en el comercio a través de la Zona Franca y que proyecta millonarias inversiones en minería para el futuro.
A esto hay que sumarle la incorporación de los países de la macro región andina al mercado directo de Iquique, integrados por la habilitación del corredor bioceánico que une a Iquique con Santos en Brasil, lo que ha llevado a que el puerto proyecte una importante demanda en los próximos años.
Por esta razón, y considerando que la industria marítimo portuaria avanza a pasos agigantados y hoy exige que los puertos inviertan en infraestructura y tecnología para recibir a las nuevas generaciones de naves, Empresa Portuaria Iquique, durante los últimos años, inició una serie de acciones que tienen por objetivo aumentar la capacidad del puerto y que finalizarán con la licitación del Terminal Molo.
Con esto, se busca que ingrese un nuevo operador privado que realice las inversiones en infraestructura y tecnología necesarias, genere una mayor competencia en el puerto, mejore los servicios y tarifas, aporte nuevos puestos de trabajo y le de un nuevo impulso a la economía.
De esta forma se prepara el “puerto histórico” para una nueva etapa de desarrollo, que busca congeniar el progreso económico con el compromiso con la gente de la región.
Head Image: El puerto de Iquique y la ciudad. (© Puerto de Iquique)