En la época de la globalización, Palamós, población del nordeste de Catalunya, se revela como un reducto de autenticidad. Frente a la creciente urbanización del litoral, el municipio de Palamós ha conseguido mantener uno de los tramos de costa más bien preservados del país. La singularidad de este entorno se completa con la pervivencia de formas de vida tradicionales, asociadas a actividades económicas que, como es el caso de la pesca, sobreviven a las dificultades actuales para su desarrollo.
Un escenario marítimo y portuario de carácter mediterráneo ha propiciado la pervivencia de testimonios únicos que configuran la base del patrimonio cultural y natural de Palamós, un paisaje humano singular, con tradición e historia y con capacidad de despertar el interés de públicos y agentes económicos, sociales y culturales diversos.
El ayuntamiento de Palamós, responsable de la conservación y difusión de este patrimonio, y consciente de su potencial, ha iniciado un proceso que le va a permitir su rentabilización a través de un desarrollo sostenible, vinculado a la identidad de la población y a un necesario aumento del conocimiento sobre estos elementos marítimos.
El punto de partida
Barcos mercantes en el Puerto de Palamós, circa 1910. (Autor desconocido, Fons Museu de la Pesca)
Palamós está situado en el centro de la Costa Brava. Unos indicadores socioeconómicos nos dan idea de su perfil:
Tabla: Indicadores socioeconómicos.
El puerto constituye una referencia tanto para el ciudadano como para el visitante. Más allá de la actividad económica relevante que desarrolla, la actividad portuaria, sus instalaciones y dinamismo conforman una parte inseparable de la vida local y son un referente en el territorio. En este contexto cabe remarcar que para la gente del lugar, el puerto y las actividades marítimas que se desarrollan son percibidas, vividas, sentidas como algo propio, vinculado al mapa mental de la población, compartido en el imaginario colectivo, con un fuerte sentido de identidad.
Palamós nació a fines del siglo XIII como puerto real, voluntad expresa del rey Pedro el Grande que necesitaba un enclave con buenas condiciones náuticas al norte de Barcelona en su afán de expansión por el Mediterráneo. Pero si el mar está en el origen y razón de ser de la villa, su evolución y futuro también sigue íntimamente relacionado con el mar. El puerto, continuación natural del paseo marítimo, de la playa y de la trama urbana del casco viejo, intenta guardar en armonía un equilibrio entre sus dimensiones comerciales, turísticas, deportivas y pesqueras, a las que hay que añadir también las culturales.
Este mestizaje se muestra orientativamente a través de los datos del puerto referidos al año 2014:
Tabla: Movimento de Mercancías. Tabla: Movimiento comercial en el Puerto de Palamós.
Tabla: Embarcaciones de pesca.
Tabla: Pescadores en 2013.
Tabla: Capturas.
Tabla: Evolución del valor de las capturas.
De entre las capturas, destaca la gamba de Palamós, producto que tiene la marca de garantía y responsable de casi el 50% de los ingresos del sector. En el puerto de Palamós se vende el 10% del valor de las capturas de Catalunya.
Desde el punto de vista de la náutica deportiva y de ocio, Palamós dispone de 814 amarres náuticos, 725 de los cuales son de gestión indirecta y 75 son temporales.
El puerto está creciendo como escala de cruceros. Palamós recibió durante el 2014, un total de 38.612 cruceristas de la Unión Europea, distribuídos en 36 escalas, además de 4.214 pasajeros de tráfico local.
En cuanto a competicions náuticas, este año se celebra el 40 aniversario de la GAES Christmas Race, regata de vela de fama internacional con capacidad para congregar los equipos olímpicos de diferentes países. Está consolidándose así mismo la International Palamós Optimist Trophy, con más de 400 participantes de todo el mundo.
Barco de pesca de arrastre entrando por la bocana del puerto. (Foto: Núria Teno, Museu de la Pesca)
Barcos de pesca de arrastre amarradasen la dàrsena pesquera del puerto. (Foto: Óscar Oliu, Museu de la Pesca)
El presente. Un proyecto global
Es en este marco, y bajo la idea que el patrimonio marítimo es entendido como un instrumento de desarrollo local en un entorno turístico como es el de Palamós, y después de la experiencia satisfactoria de gestión del Museo de la Pesca ubicado en el tinglado del puerto, que la Fundación Promediterrània per a l’estudi, la conservació i la difusió del patrimoni cultural i marítim, con el liderazgo del ayuntamiento de Palamós, con la participación y apoyo de Ports de la Generalitat y la complicidad de la Cofradía de Pescadores, ha ido desarrollando nuevos proyectos culturales. Equipamientos, actividades y servicios orientados al estudio, la conservación, la promoción y proyección de la comunidad pesquera local y del producto pesquero desembarcado en la lonja de Palamós para dar valor añadido a la pesca i al mar desde lo cultural. De esta forma, se une al Museo de la Pesca (2002), la Cátedra de Estudios Marítimos (Universidad de Girona-2000), el Centro de Documentación de la Pesca y el Mar (Documare-2006), las Barcas del Pescado (2011) y el Espai del Peix (El Espacio del Pescado-2011).
Las embarcacions dedicades a la pesca artesanal ocupan también una parte de la dàrsena de pesca del Puerto de Palamós. (Foto: Núria Teno, Museu de la Pesca)
El puerto es visto y “explotado” también como un activo turístico y cultural, más allá de ser un motor económico, que refuerza y da coherencia a un paisaje marítimo, a una oferta gastronómica basada en los productos del mar y a una memoria colectiva que nos habla de nuestra relación con el mar, en clave de pasado, presente y futuro. Lo marítimo es un símbolo de la identidad local. Lo pesquero enlaza con la memoria, la historia y el presente local, y es testigo de una tradición muy viva.
A partir de estas premisas se cohesiona una oferta donde las barcas de pesca y sus aparejos, la descarga y subasta de las capturas, el mercado, la transformación del producto pesquero, el transporte marítimo, los buques comerciales, las importaciones y exportaciones, la construcción y mantenimiento de las barcas, las señales marítimas, las maniobras de las embarcaciones portuarias, las experiencias de navegación, etc. se convierten en fragmentos de un relato que engloba a la población y hace protagonistas a hombres y a mujeres que viven del mar.
El Puerto de Palamós dispone de las installacions, los servicios y los accessos apropiados para recibir grandes cruceros en sus rutes por el Mediterraneo. (Foto: Óscar Oliu, Museu de la Pesca)
Una oferta que tiene en el Museo de la Pesca el motor de actividades: exposición permanente, programa pedagógico, actividades para el público familiar como visitas guiadas, itinerarios, talleres, prácticas de navegación y rutas marítimas. Que tiene en la Cátedra de Estudios Marítimos (Universidad de Girona) una instancia universitaria con el objetivo de actuar como seminario permanente de reflexión, investigación, difusión y potenciación de todo tipo de actividades relacionadas con los temas y los sectores relacionados con lo marítimo. Que ha desarrollado el Centro de Documentación de la Pesca y el Mar como un punto de referencia bibliográfico y documental que se encarga de buscar, seleccionar, gestionar y difundir información y documentación de calidad y altamente especializada en el hecho marítimo y pesquero con el objetivo de construir conocimiento, poner en valor las actividades y la gente vinculada al mar, para sensibilizar la sociedad. Que ofrece “Las barcas del Pescado” como una exposición de barcas tradicionales visitables, que sirven como herramienta pedagógica y cultural “embarcando” al público en el conocimiento de lo que supone el día a día del sector pesquero. Que culmina en el Espai del Peix, un nuevo equipamiento cultural que quiere contribuir al conocimiento y valorización del pescado fresco de la costa, especialmente aquel de bajo coste, a través de la interpretación, de la formación y de la degustación, como estrategia para la sostenibilidad del sector pesquero, de la promoción del pescado fresco de la costa y de la generación de una oferta turística desde la perspectiva cultural.
El puerto de Palamós, por su dinamismo, diversidad i conexión con la ciudad, nos ofrece el mejor ejemplo para unir conocimiento, experiencia e identidad, un escenario para la interpretación y la vivencia del mundo marinero. Una oferta que supone vivir el patrimonio, porque hemos convertido en patrimonio una actividad viva como es la pesca y un lugar como es el puerto.
Head image: Vista aérea de Palamós, con la Marina en primer lugar y el Puerto al fondo, en el que confluyen el tráfico comercial, la pesca y la nàutica deportiva. (Foto: Ll. Ropero, Servei d’Arxiu Municipal – Ajuntament de Palamós)