Al hablar de Bilbao y de los éxitos reconocidos de su transformación urbana, parece claro que el proceso ha sido modélico, y lo ha sido por la suma de una serie de factores clave. Pero, si lo más conocido ha sido el reconocimiento mediático y la gran afluencia de visitantes, para mi, lo más gratificante ha sido constatar la satisfacción de los propios ciudadanos de Bilbao.
La transformación de Bilbao es el resultado de la unión de múltiples actuaciones que, como piezas de un puzzle, acaban todas encajando. A su vez, ha necesitado la colaboración de muchas personas y desde ámbitos muy diversos, que se han coordinado de forma tácita en pos del objetivo común que era cambiar Bilbao.
El conjunto de las actuaciones, también, se podría resumir en un juego de puntos, líneas y superficies: puntos fuertes como el Museo Guggenheim, el aeropuerto y los grandes equipamientos; líneas de infraestructuras como el Metro, sobrio y elegante, las vías férreas domesticadas para el uso urbano, los muelles convertidos en paseo y la Ría que, una vez saneada, se ha convertido en el centro del nuevo Bilbao; y, por último, superficies como el puerto, las operaciones urbanas y los nuevos parques.
En Museo Guggenheim ha sido el símbolo de la transformación de Bilbao.
Han pasado más de treinta años y aún me sigue sorprendiendo la cantidad de proyectos ejecutados y su diversidad, la magnitud de las inversiones realizadas, la diversidad de las organizaciones utilizadas para la gestión y, sobretodo, el consenso logrado.
Pero la transformación de Bilbao no se detiene. Tras lo que se podría denominar “primera fase”, con el siglo XXI se ha iniciado una nueva etapa que, por un lado, da continuidad a lo ya realizado y, por otro, aparecen nuevos proyectos con nuevos criterios, cuyo mejor ejemplo es la regeneración urbana de Zorrotzaurre.
Se trata de una antigua zona industrial y portuaria en la que, actualmente, viven algo menos de medio millar de vecinos. Su ámbito urbanístico ocupa una superficie de 838.781 m2, de los que más de la mitad pertenecen a entidades públicas (Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Bilbao y Autoridad Portuaria de Bilbao), repartiéndose el resto entre diversos propietarios privados.
En conjunto, la regeneración de Zorrotzaurre representa un proyecto integral y equilibrado, definido bajo criterios de sostenibilidad, que recupera un espacio degradado para convertirlo en un barrio nuevo de Bilbao dotado de: vivienda accesible, áreas de actividad económica, numerosos equipamientos sociales y culturales, así como de amplias zonas de disfrute ciudadano.
El objetivo del presente artículo es presentar el proyecto de Zorrotzaurre y, previamente, incardinarlo dentro de la transformación que ha tenido lugar en Bilbao durante las últimas décadas.
La transformación de Bilbao y sus actuaciones estratégicas
La transformación de Bilbao pasa por la recuperación de su Ría, por eso, muchas de las actuaciones realizadas tienen que ver con ella: depurar sus aguas y trasladar las actividades portuarias hacia la desembocadura; construir nuevos puentes y comunicar con el Metro sus márgenes; y crear en sus riberas paseos e infraestructuras de ocio y de cultura.
La visión de la transformación de Bilbao era que la Ría se convirtiera en el eje de la nueva metrópoli.
Desde el siglo XIX, las obras públicas han moldeado el territorio metropolitano de Bilbao y, también, a finales del siglo XX, éstas han sido claves para definir la nueva metrópoli y servir de base para los proyectos urbanísticos y de arquitectura, que se han desarrollado a continuación.
El proceso de cambio ha sido global y ha incluido intervenciones en casi todos los campos. De todas ellas, cinco han sido estratégicas:
- El Plan Integral de Saneamiento de la Ría, gestionado por el Consorcio de Aguas, cuyas obras se iniciaron en 1984 y finalizaron en 2010. Ésta ha sido la segunda mayor inversión realizada en Bilbao, tras de la del Metro. Gracias a ello, se ha conseguido que el agua de la Ría haya recuperado su calidad ambiental y se pueda utilizar para nuevos usos.
- La ampliación del Puerto en el exterior de la bahía del Abra fue iniciada en 1991 por la Autoridad Portuaria y ha sido la llave de la transformación urbana de Bilbao. Junto con la mejora de la propia gestión portuaria, concentrando su actividad y dotándola de mejores condiciones, esta actuación ha hecho posible la liberación de espacios centrales para los nuevos usos urbanísticos. De este modo, se ha producido la recuperación de muelles en Bilbao y Barakaldo, que han permitido el nuevo uso de casi 200 Has de suelo portuario, entre las que está Zorrotzaurre. La ampliación del puerto ha logrado que la ciudad se acerque a la Ría y el Plan Integral de Saneamiento está posibilitando su utilización. Aunque las mejoras ya resultan apreciables, hoy en dia, sigue siendo una asignatura pendiente un uso mayor de la Ria, por todo tipo de actividades.
La ampliación del Puerto, además de permitirle crecer y mejorar su funcionalidad, ha posibilitado las actuaciones urbanísticas.
- El Metro, cuyas obras se iniciaron en 1988, ha estructurado la metrópoli al crear un canal de comunicación fiable, rápido y cómodo. Con la primera línea operativa desde 1995, la segunda desde 2002 y la tercera desde 2017, el Metro de Bilbao ha modificado sustancialmente la movilidad metropolitana y abierto la puerta a un nuevo sistema de transporte público. Asimismo, el Metro ha creado un sentimiento metropolitano que antes no existía, así como el aprecio por la calidad de la obra pública. Por ello, no es extraño que sea utilizado por todo tipo de públicos y sea la actuación del proceso de transformación mejor valorada por los ciudadanos. Sus 87 millones de viajeros anuales lo corroboran.
- La regeneración urbana ha sido, sin duda, el complemento necesario de las actuaciones anteriores. Si bien, el protagonismo inicial correspondió a la sociedad pública Bilbao Ría 2000, luego fueron surgiendo actuaciones privadas y ahora Zorrotzaurre, una actuación público-privada sobre un territorio industrial y portuario. Un factor importante para el desarrollo sostenible de Bilbao es que todos los proyectos urbanísticos se realizan sobre suelos previamente ocupados por industrias o infraestructuras, de forma que se “reciclan” y hacen que la ciudad se desarrolle sobre sí misma, sin colonizar nuevos territorios.
- La cultura ha sido la actuación estratégica más visible, ejemplificada por el Museo Guggenheim. Proyectado por Frank O. Ghery, desde su inauguración, en octubre de 1997, se ha convertido en la imagen de Bilbao hacia el exterior.
La actuación de Abandoibarra, desarrollada por Bilbao Ría 2000, ha recuperado antiguos suelos industriales y portuarios ubicados en el centro de Bilbao.
Sin duda, uno de los mayores aciertos en Bilbao ha sido comenzar la transformación por las obras públicas que, en conjunto, han conformado el nuevo territorio metropolitano. Estas obras, en su mayoría proyectadas y construidas por ingenieros de caminos, han sentado las bases para el desarrollo del resto de actuaciones, proyectos urbanísticos y de arquitectura, más conocidas y emblemáticas.
La creación del territorio actual de Zorrotzaurre y los inicios del proyecto
La génesis del Zorrotzaurre que conocemos hoy está en la obra del Canal de Deusto que acometió el Puerto de Bilbao a finales de los años 50 y que se inauguró en 1968. La obra tenía dos objetivos principales: conseguir nuevos muelles portuarios en el centro de Bilbao y favorecer el movimiento de los barcos que tenían dificultades para franquear la curva de Olabeaga. El proyecto planteaba abrir un canal navegable y luego rellenar un tramo de la Ría que uniera el barrio de Olabeaga con Zorrotzaurre. Debido a la complejidad de las obras y a la mala calidad de los suelos, el canal no se llegó a completar, quedando Zorrotzaurre como una península.
A partir de la creación del canal, Zorrotzaurre vivió una era de pujanza industrial en la que se consolidaron diversas actividades industriales, fundamentalmente aquellas relacionadas con la actividad portuaria.
A finales de los años 50, el Puerto acometió la apertura del Canal de Deusto, que se inauguró en 1968.
Junto con las industrias existía un núcleo de viviendas, situado principalmente en el borde de la Ría, que conformaba un barrio con mucha personalidad, cuyos habitantes estaban, en su mayoría, relacionados con las industrias existentes.
La crisis económica de los años 70 afectó a este entramado industrial que comenzó un progresivo declive, agudizado cuando el Plan General de Bilbao, aprobado en 1995, destina Zorrotzaurre principalmente a uso residencial. Ello se tradujo en el abandono de parte de la actividad industrial, así como el deterioro del nivel de vida de la zona como consecuencia del envejecimiento de edificaciones y espacios públicos.
El Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao, a la vez que cambiaba el uso industrial por el residencial, remitía la definición del diseño urbano de Zorrotzaurre a la redacción de un Plan Especial. Los plazos de la actuación dependían principalmente de la marcha del Puerto, ya que ocupaba el 40% del suelo.
En octubre de 2001, cuatro propietarios privados de Zorrotzaurre, con una participación mínima de la Autoridad Portuaria, constituyen la Comisión Gestora para el Desarrollo Urbanístico de Zorrotzaurre, con el objetivo de impulsar y ejecutar el plan de regeneración urbana de la zona.
Dada la importancia del proyecto para Bilbao, desde la parte pública se constituye, en septiembre de 2002, la “Mesa para el Desarrollo de Zorrotzaurre”, formada por el Ayuntamiento, la Diputación Foral, la Autoridad Portuaria y la propia Comisión Gestora, con el objetivo de impulsar y controlar el proyecto desde la parte pública.
Uno de los objetivos de la Mesa era que el plan urbanístico de Zorrotzaurre fuera diseñado por un arquitecto de prestigio internacional, para lo que se seleccionan a tres equipos, liderados por Renzo Piano, Richard Rogers y Zaha Hadid, respectivamente. Tras estudiar las propuestas de trabajo que presentan los equipos, en mayo de 2003, la Mesa acuerda contratar al equipo de Zaha Hadid la elaboración del Master Plan de Zorrotzaurre.
En junio de 2004, se incorporan a la Comisión Gestora el Ayuntamiento y la Diputación, además de la Autoridad Portuaria de forma completa, unificando la Comisión y la Mesa. El Consejo se rediseña siguiendo el modelo de Bilbao Ría 2000, con el Alcalde como presidente y el resto de propietarios representados al máximo nivel.
En octubre de 2004, Zaha Hadid presenta su diseño para Zorrotzaurre. El proyecto se expone en el Museo de Bellas Artes durante un mes, periodo en el cual se presenta el proyecto a partidos políticos y asociaciones de vecinos.
Zorrotzaurre en 2005, justo antes de que el Puerto abandonara sus instalaciones.
Para apoyar los presupuestos del Estado de 2006, Izquierda Unida negocia con el gobierno del PSOE que la Autoridad Portuaria de Bilbao venda los suelos que posee en Zorrotzaurre al Gobierno Vasco, en concreto, al Departamento de Vivienda, cuyo consejero era Javier Madrazo, que pertenecía a Izquierda Unida. Tras realizar las valoraciones pertinentes, en julio de 2006 se firma un acuerdo para la citada venta y, a partir de ese momento, el Gobierno Vasco, con su empresa Visesa, pasa a ser el mayor propietario de Zorrotzaurre, con un 40% del suelo total.
El proyecto ha sufrido muchas vicisitudes y una larga tramitación urbanística hasta la aprobación definitiva del Proyecto de Urbanización en julio de 2017. Ahora ya han comenzado las obras de urbanización, incluyendo la apertura del Canal de Deusto, y la construcción de las primeras viviendas.
Iñaki Azkuna, Alcalde de Bilbao entre 1999 y 2014, fue un gran impulsor del proyecto de Zorrotzaurre (Foto cedida por Deia).
Master Plan diseñado por Zaha Hadid
El primer elemento del Master Plan es transformar Zorrotzaurre en isla, completando el Canal de Deusto, para garantizar la no inundabilidad de la zona. A partir de esa idea, todo el proyecto trata de potenciar el carácter de isla desde muchos aspectos: los bordes de agua convertidos en paseos, los usos públicos junto al canal (zonas verdes, equipamiento escolar, deportivo y cultural), así como la disposición de los edificios de viviendas en lajas perpendiculares a la Ría, a fin de que se tenga siempre la visión del agua.
La apertura del canal, cuyas obras ya han comenzado, viene determinada por los distintos estudios hidráulicos realizados, que han confirmado la necesidad de abrir el canal para minimizar el riesgo de inundaciones en Bilbao. Los efectos positivos de dicha apertura llegarán hasta el Casco Viejo.
En la isla habrá dos barrios autosuficientes, uno en cada punta, en los que existirá una mezcla de actividades: vivienda, comercio, oficinas, equipamientos públicos y lugares de ocio. Entre ambos barrios y en el entorno de la iglesia de San Pablo, donde actualmente están la mayoría de los edificios de viviendas existentes y que se mantienen, se creará una zona especial, un “casco viejo”.
Para las conexiones con los barrios vecinos, se construirán tres puentes: uno con Deusto, otro con San Ignacio y un tercero con Zorrotza, que será móvil, para garantizar la navegabilidad de la Ría hasta el Museo Marítimo.
Imagen final del Master Plan diseñado por Zaha Hadid Architects.
El diseño de Zorrotzaurre busca favorecer a los peatones y ciclistas y potenciar el uso del transporte público, con el objetivo de reducir el uso del coche a lo mínimo imprescindible. Para ello, se han diseñado tres paseos de ribera que suman un total de 7,5 kilómetros. En cada margen del canal se ha previsto un paseo peatonal de 20 metros de anchura, por el que podrá circular también las bicicletas. En la ribera de la Ría, la carretera actual se transformará en un paseo que compartirán peatones y ciclistas.
La base del transporte público será el tranvía, que circulará por la avenida central y conectará con la línea existente en la plaza del Sagrado Corazón. Tendrá 4 paradas a lo largo de la isla.
En la futura isla apenas existirá aparcamiento en superficie, de forma que se pueda percibir casi como “una isla sin coches”. Para garantizar la accesibilidad en vehículo privado existirá un aparcamiento de rotación en cada una de las dos puntas de la isla y próximos a los puentes.
Zorrotzaurre estará dotado de un sistema neumático de recogida de residuos domésticos, análogo al ya implantado en algunas zonas de Bilbao. Al transportar todos los residuos por debajo de las aceras, la isla quedará libre de la circulación de camiones de basura.
Vista de la Punta Sur de la futura isla de Zorrotzaurre, junta al puente de Euskalduna.
Dos tercios del nuevo Zorrotzaurre tendrán un uso público y para lograr una adecuada mezcla de usos, las actividades económicas supondrán el 26% de lo que se va a construir. El Plan prevé la construcción de 5.473 viviendas, de las que la mitad serán protegidas (VPO y tasadas). Habrá 201.360 m2 construidos para actividad económica, lo que permitirá que en Zorrotzaurre existan alrededor de 6.000 puestos de trabajo. Dicha actividad se concentrará en el parque tecnológico urbano, que se repartirá entre las dos puntas de la isla y junto a los puentes para favorecer su accesibilidad.
Elementos diferenciadores con los proyectos realizados anteriormente en Bilbao
En el proyecto de Zorrotzaurre existen tres elementos que no figuraban en los proyectos urbanísticos realizados anteriormente en Bilbao:
- Se mantienen las viviendas existentes para preservar las señas de identidad del barrio y evitar la “gentrificación”. El Ayuntamiento y la Comisión Gestora han establecido importantes ayudas a fondo perdido para que los vecinos puedan acometer la rehabilitación de los sus edificios. Hasta finales de 2016 se han aportado casi 6 millones de euros, que han permitido rehabilitar más de 300 viviendas. Para la realización de los proyectos de rehabilitación, los vecinos han contado con el apoyo técnico de Surbisa, la empresa municipal encargada de la rehabilitación de viviendas.
El proyecto mantiene y rehabilita las viviendas existentes para evitar la gentrificación.
Edificios de viviendas rehabilitados con subvenciones a fondo perdido por parte del Ayuntamiento de Bilbao y la Comisión Gestora.
- Se mantienen 19 edificios industriales para mantener la memoria histórica de Zorrotzaurre y aprovechar el potencial que tiene este tipo de construcciones para albergar nuevos usos, principalmente culturales y creativos. Hay que tener en cuenta que, hasta la fecha, la transformación urbanística del Bilbao metropolitano no había sido muy cuidadosa con el patrimonio industrial, a pesar de su pasado industrial. El antiguo Depósito Franco del Puerto ha sido rehabilitado para acoger la nueva sede de la empresa de ingeniería bilbaína Idom, donde trabajan 900 personas.
El proyecto mantiene 19 edificios industriales para dedicarlos a nuevos usos.
Antigua sede del Depósito Franco portuario rehabilitada como sede de la empresa de ingenería bilbaína Idom.
- La “Isla Creativa”. Desde 2008, y en paralelo al proyecto de regeneración urbanística, se están instalando en la futura isla un número creciente de actividades culturales y de ocio, que están convirtiendo a Zorrotzaurre en una verdadera “isla creativa”, un espacio idóneo para acoger la innovación artística y la creatividad. Aunque Zaha Hadid ya proponía la implantación de usos creativos y actividades artísticas, han sido los propios artistas y creativos quienes han invertido tiempo y dinero para instalarse en Zorrotzaurre. Ha habido subvenciones públicas, pero sobre todo ha habido mucho trabajo y mucha ilusión. Este proceso tuvo origen en el año 2008 cuando surgió el proyecto ZAWP (Zorrotzaurre Art Work in Progress) con el objeto de generar actividades artísticas y creativas mientras el proyecto urbanístico se desarrollaba. Se trataba de realizar actuaciones en el “mientras tanto” utilizando naves industriales desocupadas que cobraban así una nueva vida.
El Club de Jazz de La Hacería, en el corazón de Zorrotzaurre.
ZAWP contó con el apoyo de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno Vasco que, con cargo a su programa de “Fábricas de Creación”, financió la rehabilitación de las naves industriales.
A finales de 2009 surgió la idea de un mercadillo creativo que se ha consolidado en la antigua fábrica de galletas Artiach todos los domingos de cada mes. Liderado por el colectivo Espacio Open, en Artiach conviven hoy un total de 30 empresas y asociaciones donde se mezcla industria tradicional, industria creativa, fabricación digital y cultura urbana.
Mercadillo de los domingos organizado por Espacio Open en la antigua fábrica de Artiach.
También con el apoyo del Gobierno Vasco, en 2012 surgió el proyecto Pabellón 6, de la mano de 13 profesionales relacionados con las artes escénicas, que nació con la pretensión de propiciar sinergias y hacer un ejercicio de autogestión compartida. Hoy es un teatro estable donde se representan obras de vanguardia de pequeño formato.
Pabellón 6, espacio dedicado al teatro con una doble función de viernes a domingo.
En este caldo de cultivo creativo han ido apareciendo muchas otras propuestas, como las iniciativas circenses de Karolazirko o Zirkozaurre, un espacio para practicar el skate, Gure Txoko Skate Park, y un rocódromo de interior, Piugaz Bilbao.
Este proceso creativo se ha convertido en una de las señas de identidad de Zorrotzaurre, futura “isla creativa” donde la imaginación, la creatividad y el ocio innovador encuentren su natural acomodo en un entorno adecuado donde vivir, trabajar y disfrutar.
Piu Gaz Bibao, rocódromo artificial para aprender y practicar la escalada.
Head image: En la segunda mitad del siglo XIX las industrias se fueron instalando a lo largo de la Ría.