El Malecón de Veracruz

La ciudad de Veracruz es un mosaico de tradiciones y modernidades, de pasado y presente, de encuentros y desencuentros.

Nostálgica, quimérica y rítmica como la película “Danzón“ de María Novaro, filmada en 1991 en este puerto, donde se nos narra un viaje iniciático y liberador de Julia, una telefonista que espera con ansia los sábados para bailar danzón.

Lo más importante de este filme, aparte de su visión femenina del mundo, es la ciudad de Veracruz como la otra protagonista, aparte de la actriz María Rojo.

La ciudad es presentada como punto de partida, destino liberador, puerto perfecto para perderse y para encontrarse, el danzón es un pretexto, la añeja música llegada de Cuba y asentada en Veracruz es la acompañante de las caderas cadenciosas de Julia paseando por el Malecón en tacones y con el pelo al viento. ¿Porqué el Malecón es referente? Quizás porque fue aquí donde todo empezó.

Al caminar por este sendero de historia con nuestra protagonista hay que hacerlo con una “nieve” en la mano, que no es otra cosa que un helado artesanal, preparado con agua y una fruta de la región, los señores que anuncian estos helados gritan la palabra “güero” “güero”, que aqui significa rubio, y es una especie de guiño cariñoso que acompaña las exquisitas nieves. Guanábana, Mamey y Mango (frutas tropicales) son las más cotizadas y la prueba fehaciente de que en el trópico todo es intenso, nada es sutil.

Como el azul profundo del Golfo de México que nos recibe con su olor salobre y tres estructuras monumentales que dominan el paisaje: el faro Venustiano Carranza, la torre de Pémex y, en el islote frente al mar, el fuerte de San Juan de Ulúa.

Julia se paró frente a los enormes barcos y afinó la vista para ver el añejo Castillo, una estructura impresionante y bella, hecha toda de piedra de coral durante más de un siglo, con el predominio de mano de obra africana, último reducto de la ocupación española y la cárcel más temida del porfiriato. Actualmente es un paseo muy popular donde se puede observar la elegancia austera de la arquitectura marítima, también es testigo solitario de que, desde hace siglos, Veracruz ha pertenecido a ese mar de relaciones llamado Caribe. El muro de las argollas, es único en toda América y las historias épicas de prisioneros famosos rondarán en nuestra imaginación, y no nos dejarán dormir.

Julia sigue caminando con su vestido ligero de algodón comprado en el mercado de artesanías y soñando con el hombre que la lleve a bailar, quedó de encontrarse con un prospecto en el Faro Venustiano Carranza, una explanada limpia que está presidida por una colosal escultura de Carranza, héroe revolucionario, y ex presidente de México, y que en un tiempo en este mismo edificio albergó los poderes de la nación, aquí se encuentran las parejas, también se toman fotos de bodas aprovechando la estructura del recinto neoclásico, que formó parte de las obras del puerto inauguradas por Porfirio Díaz. También suele ser punto de reunión para disfrutar los conciertos que se ofrecen en la Macroplaza del Malecón, donde se han presentado artistas nacionales e internacionales. Leyendas de la música tropical han pasado por aquí, como Celia Cruz y Willie Colón, así como estrellas del pop. Una tierra musical como esta, no se resiste a ningún ritmo, aunque su corazón siempre ha sido afrocaribeño y así lo demuestra su afinidad a la salsa y el danzón.

Julia entrecierra los ojos y alza su cabeza para admirar la Torre de Pémex, un edificio de trece pisos que forma parte del movimiento arquitectónico moderno, esbelta estructura coronada por una pérgola, es un verdadero ícono de la ciudad. Cuenta con dos esculturas en su base: Un friso y La riqueza del Mar de Francisco Zúñiga, donde Julia se sentó y metió la mano en el espejo de agua que rodea la base de la torre y disfrutó de la brisa, es el lugar ideal para presenciar un concierto, para admirar los barcos iluminados de noche y para tener un romance casi como de película.

Eterna, nostálgica y sencilla, pero con esa seguridad que sólo le dan los años, Veracruz está esperando a la protagonista de su próximo film para que se pasee por su Malecón y se atreva a lanzar una botella al mar, sin ninguna esperanza de que alguien la encuentre. Solo por puro placer. Como un bolero de Lara: “En la cadencia de tu voz divina, la rima de amor, y en tus ojeras se ven las palmeras borrachas de sol…”

Referencias

Miranda, Zacarías I. (2013), Arquitectura del Siglo XX en la ciudad de Veracruz, Artículo on line, Guiaarquitecturadeveracruz.worldpress.com/2013/20/torre de Pemex.

Woods, Yolanda (2015), Seminario El Arte del Caribe. 20 horas, Instituto Veracruzano de la Cultura.

Novaro, María (1991), Película Danzón, 120 min./dirección María Novaro, Guión María Novaro, fotografía Rodrigo García, protagonista, María Rojo.